La Real aprovechó su visita a Los Pajaritos para remontar vuelo y colocarse segunda tras una jornada de fiesta completa. Jugó su mejor partido de la temporada con diez jugadores de Zubieta junto a Bravo en su once inicial y otros dos salieron en la segunda parte para vivir un final espectacular con más de un millar de aficionados que empujaron a un equipo que les correspondió durante noventa minutos con su buen juego y su entrega y después con su agradecimiento.

Fue el final perfecto porque la unión entre un equipo basado en la cantera y su gente son los requisitos que deben permitir a la Real seguir su vuelo con destino a la Primera División. Queda mucho, pero lo más difícil era el inicio para un técnico que llegaba sin muchos conocimientos de lo que se iba a encontrar y debía afrontar problemas importantes con jugadores claves. Conforme los recupera y conoce el terreno que pisa empieza a cumplir con los objetivos que llevaron a su fichaje.

La Real ha recuperado el Norte a la hora de apostar por la cantera. El equipo empieza a tener la intensidad que se buscó con un técnico que la trasmite por sus poros y encima juega bien a fútbol y lleva diez puntos y nueve goles en los últimos cuatro partidos. En ellos ha sumado seis puntos más que el Numancia, un equipo al que hizo tres goles en su campo cuando defiende bien y había encajado sólo cuatro en cinco partidos.

Una prueba superada

La de Soria era la prueba del algodón para calibrar el nivel competitivo actual de dos equipos que se habían situado en el lugar en el que se les esperaba sin enfrentarse a ningún candidato serio al ascenso. Era un partido especial porque casi se trataba de un derbi vasco y esos dos factores, unidos a un ambiente más favorable aún al que se vive en Anoeta, motivó que los blanquiazules salieran muy motivados con la intensidad que pretende Martín Lasarte.

Esa mejor puesta en escena tuvo la recompensa enseguida tras una gran combinación entre Aranburu, Elustondo, Agirretxe y Zurutuza, que marcó un buen gol. Antes la Real había tenido la fortuna de que el árbitro no sancionó una mano dentro del área de Labaka en la que la involuntariedad era indiscutible y no cortaba una trayectoria clara del balón por tenerla extendida en posición sancionable.

Mientras la afición local protestaba llegó ese gol que dio a la Real más confianza para dar continuidad a su buen hacer tanto en defensa como en ataque. Sin balón los blanquiazules no sufrieron en todo el primer tiempo y jugaban con las líneas juntas y, cuando lo recuperaban, combinaban con ritmo y claridad. Gonzalo Arkonada llamaba constantemente a sus jugadores a la banda para que cambiaran sus posiciones y, sobre todo, la dinámica del encuentro.

Pero cuando su equipo se volcaba en busca del empate llegó una contra en la que Agirretxe sirvió un balón en ventaja a Xabi Prieto para que el donostiarra encarrilara el encuentro. En esa acción se unieron dos aspectos que deben ser claves esta temporada. Martín Lasarte se ha marcado el objetivo de que su equipo tenga una rápida transición defensa-ataque y en ese gol lo bordó porque en tres toques se pasó de un área a la otra. La otra clave es que Xabi Prieto, el realista de más calidad técnica, la traduzca en goles y los dos que marcó ayer deben empujarle a aportar más en esa faceta.

Revolución en el descanso

La Real supo aguantar sin mayores agobios el final del primer tiempo y Gonzalo Arkonada se sintió en la necesidad en el descanso de buscar una revolución en su equipo para alterar radicalmente un guión de partido que le desagradaba porque parecía escrito por un realista.

Así hizo un triple cambio y además varió la forma de jugar de sus seis futbolistas más adelantados. Pasó del 4-2-3-1 al 4-4-2, con rombo en el centro del campo. Los cuatro centrocampistas se movían en posiciones centrales, lo que abría por las bandas unos espacios que aprovechaban para subir los dos laterales, sobre todo Nano, un jugador de corte muy ofensivo.

El Numancia apeló a un juego directo para aprovechar la aglomeración de jugadores en posiciones cercanas al área y ese fútbol se vio recompensado con el gol de Goiria tras un rechace. Por suerte al minuto Xabi Prieto devolvió a su equipo los dos goles de renta. También resultaron decisivas cuatro intervenciones de Bravo que impidieron al Numancia creer en la posibilidad de la remontada y una importante ayuda desde el banquillo.

Tanto por la aportación de los jugadores que entraron como por la buena dirección de Lasarte. El técnico ya acertó al dar entrada a Labaka de entrada, con el objetivo de aprovechar al realista que mejor domina el juego aéreo ante un rival que busca petróleo en las acciones de estrategia y en el juego directo.

Además recurrió a Markel y Rivas para el doble pivote para alejar de la zona de mayor riesgo a Aranburu y Elustondo, que tenían tarjeta. Al azpeitiarra lo reubicó en la derecha para que Nano no volviera a penetrar y, a pesar de que el juego realista no fue tan bueno como en el primer tiempo, con esas variantes tácticas y las paradas de Bravo los jugadores y los aficionados blanquiazules pudieron culminar con tranquilidad una fiesta completa. ¡Que no sea la última!