Para demostrar su posición «de una manera plástica», ayer representaron en Muskiz una comitiva fúnebre que acompañaba piezas voluminosas para la construcción de la planta de coque. Así, quisieron recordar que «vivimos en una zona en la que se registra un exceso de mortandad por cáncer y enfermedades respiratorias».

Por la tarde, Petronor procedió al traslado desde el puerto de las unidades de coquización retardada u hornos de coque, dos piezas de 485 toneladas cada una y 43 metros de altura. Según denunciaron desde la Coordinadora Anti-Coque «tenemos cinco juicios interpuestos, pero la Justicia es lenta y las obras avanzan rápidas, este traslado de piezas tan voluminosas nos confirma que la empresa tenía el material encargado antes de la concesión de los permisos».

La Autorización Ambiental Integrada (AAI) de las instalaciones actuales de la planta de coque sigue siendo provisional, «porque no se han cumplido las condiciones impuestas por el Departamento de Calidad Ambiental del Gobierno de Lakua», afirman desde el movimiento.

«A lo largo de estos últimos dos años hemos descubierto y demostrado la ilegalidad fragante sobre la que se sustenta la actividad de la refinería», añaden.