Un grupo de jóvenes palestinos lanzaron ayer piedras contra un grupo de radicales judíos que visitaban el Monte de los Olivos, en Jerusalén, un incidente que se suma a los últimos enfrentamientos entre palestinos y radicales judíos, con epicentro en la Explanada de las Mezquitas.

El pasado domingo, al igual que el anterior, se registraron incidentes en la Ciudad Vieja de Jerusalén después de que radicales judíos acudieran a la Explanada de las Mezquitas. Se produjeron lanzamientos de piedras, que fueron respondidos con cañones de agua y granadas ensordecedoras por parte de la Policía israelí.

Ayer, decenas de miles de judíos acudieron al Muro de las Lamentaciones con motivo de la festividad del Sukot o los Tabernáculos después de que el Movimiento Islámico -un grupo que actúa en los territorios de 1948- hiciera el domingo un llamamiento a defender la colindante Explanada de las Mezquitas.

Las autoridades israelíes detuvieron al segundo máximo dirigente del Movimiento Islámico, el jeque Kamel Jativ, y al líder de Al-Fatah en Jerusalén, Hatem Abdel Qader, acusados de un delito de «incitación a la violencia». Ambos fueron puestos en libertad bajo fianza y tienen prohibida la entrada en la Ciudad Vieja durante los próximos quince días.

Asimismo, Israel ha prohibido el acceso a la Explanada de las Mezquitas a los musulmanes menores de 50 años y a quienes no tengan la «ciudadanía» israelí. Miles de policías y guardias de fronteras están desplegados en la zona.

Denuncia de la Liga Árabe

El secretario general de la Liga Árabe, Amro Mussa, condenó ayer el cierre de la Explanada de las Mezquitas, al tiempo que instó al Consejo de Seguridad de la ONU y al Cuarteto a que asuman «su responsabilidad en el mantenimiento de la paz y de la seguridad en la región». Asimismo, denunció las agresiones de las fuerzas de seguridad israelíes contra los manifestantes palestinos en Jerusalén.

Las quejas de Mussa se producen un día después de que el Ministerio jordano de Asuntos Exteriores convocara al embajador de Israel en Ammán para protestar por «las continuas violaciones israelíes» en Jerusalén y en especial contra la mezquita de Al-Aksa y «el resto de templos musulmanes y cristianos».