NUEVO MOVIMIENTO POLÍTICO EN NAFARROA
El PSN pone fin a dos años de pacto municipal con NaBai
Los pactos municipales firmados en junio de 2007 por PSN, Nafarroa Bai e IUN ya son historia. El PSN ha usado los incidentes de los chupinazos de Berriozar y Atarrabia para escenificar su decisión de romper con NaBai y apoyarse en UPN en lo sucesivo. Técnicamente, la medida se traduce en expulsar a la coalición de los gobiernos de Burlata y Erriberri y, quizás, tratar de arrebatarle las alcaldías de Zizur y Berriozar. Políticamente, confirma su unidad de acción con UPN.
Ramón SOLA | IRUÑEA
La decisión fue anunciada por el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, a las 18.30 de ayer, pero por la mañana la adelantó ya Miguel Sanz, presidente del Gobierno de Nafarroa, al reclamar que «es el momento de que el PSN rompa sus compromisos con Nafarroa Bai». La gota que colmó el vaso -o la excusa, según se mire- ha sido la negativa de la coalición a vetar a la izquierda abertzale el derecho de lanzar el cohete de fiestas de Atarrabia el pasado sábado. Jiménez montó un escándalo ante las cámaras en el interior del Ayuntamiento que calentó el ambiente mediático para la decisión de la Ejecutiva del PSN.
El escrito aprobado «da por rotos todos los acuerdos existentes en los distintos ayuntamientos con NaBai, ante la ruptura por la vía de hecho de los cauces de entendimiento por parte de esta coalición». Se convoca al Comité Regional, un órgano mucho más amplio, el 17 de octubre para refrendar el texto, pero ya ayer mismo fue trasladado a NaBai, que lo valorará hoy. Roberto Jiménez afirmó que «no vamos a perder más tiempo en el tema», con lo que da a entender que eludirá un cruce de valoraciones.
El líder del PSN también quiso pedir a UPN que no interfiera en la cuestión: «Que se dedique a sus cosas: a ordenar su gobierno y su casa. Sabemos que esto le agrada especialmente, porque supone más poder por el poder. Nuestra decisión, en cambio, no es por el poder, sino por ética. Que UPN se esté quieto, porque la cosa no va con ellos».
Pese a esta afirmación, la consecuencia de la medida es que el poder municipal de UPN aumentará, bien por la vía de alguna previsible moción de censura o mediante la inclusión del partido de Yolanda Barcina en los equipos de gobierno en los que hasta ahora estaba NaBai. Es el caso de los consistorios de Burlata y Erriberri (Olite), en los que el PSN seguirá gobernando pero lo hará ahora sin el apoyo de Nafarroa Bai y, por tanto, de la mano de UPN.
Sobre el resto, Jiménez afirmó que no han entrado a un análisis detallado. La mayor opción de moción de censura para arrebatar la Alcaldía a Nafarroa Bai se presenta en Zizur Nagusia, pero en realidad la coalición lleva allí más de un año en franca minoría y el grupo municipal del PSN siempre se ha mostrado opuesto a una moción de censura que ineludiblemente daría la vara de mando a UPN (tiene siete ediles por sólo tres del PSN).
En Berriozar, la opción de quitar la Alcaldía a NaBai pasa por IUN, que tras el incidente del cohete de agosto se negó expresamente a secundar mociones de censura, aunque habrá que ver cómo actúa si el texto se pone en negro sobre blanco.
En Altsasu y Atarrabia, por último, no debe haber novedades, ya que en ambos casos NaBai y la izquierda abertzale suman más concejales que el resto juntos. Por tanto, la ruptura anunciada por el PSN tiene más trascedencia política que práctica.
UPN pasa factura
Como ocurriera la pasada semana con la ruptura de UPN con CDN, los argumentos esgrimidos ni siquiera son nuevos. El PSN espeta a Nafarroa Bai que coloque ikurriñas en los chupinazos aprovechando la visita ad hoc de mandatarios de la CAV, pero es algo que también ha hecho otros años. Cita también su «falta de capacidad para llegar a acuerdos estables», aunque en realidad ayuntamientos como el de Zizur llevan en crisis más de un año. Añade, si acaso, su reciente negativa a suscribir textos de apoyo a las FSE en el Parlamento navarro.
UPN saludó la decisión del PSN como «un paso al frente», pero le pasó factura: «Que no vuelvan a repetir el error», pidió Barcina en una rueda de prensa convocada antes incluso de que el PSN anunciara su decisión. «Ya dijimos que ANV no tenía que estar en los ayuntamientos», añadió la alcaldesa.
La escandalera organizada por el líder del PSN, Roberto Jiménez, en el Ayuntamiento de Atarrabia sigue dando que hablar. Telenavarra ofreció ayer imágenes en las que se veía a Jiménez apuntando reiteradamente con el dedo al pecho del alcalde de Nafarroa Bai, Pello Gurbindo, en ademán intimidatorio. Ante numerosas cámaras -en los días previos el PSN había instado a los medios a atender a este chupinazo-, Jiménez le acusó de no impedir que lanzaran el cohete los depositarios de «votos manchados de sangre». Además, Telenavarra ofreció declaraciones del secretario general del PSN a esta cadena en las que Roberto Jiménez aseguraba textualmente que la actitud de Gurbindo «no es ser de izquierdas, es ser nazi».
Patxi Zabaleta (NaBai) defendió ayer la actuación del alcalde porque «la base de la democracia es la pluralidad». Desde la izquierda abertzale, Txelui Moreno acusó a Jiménez de «crear situaciones ridículas a las que tampoco habría que dar demasiada importancia. De hecho, la ciudadanía ni se inmutó, porque ya está aburrida de estos actos propagandisticos».GARA
Tres concejales de Berriozar tendrán que declarar mañana en la Audiencia Nacional por el proceso abierto en torno al chupinazo de la localidad, que estuvo precedido de una intensa campaña política y mediática. La acusación emprendida por el Gobierno navarro y continuada ahora con una inédita querella de la Fiscalía les señala por «enaltecimiento». ¿Cuál es el motivo exacto? Fermin Irigoien reconoció su «asombro», porque se les imputa «haber tocado el txistu» y «hacer entrega de unas flores» tras el cohete, en un acto de denuncia de la dispersión, así como enseñar símbolos por el acercamiento de los presos, demanda que han hecho suya muchas instituciones vascas. En consecuencia Irigoien, que compareció junto a otros ediles y alcaldes de la izquierda abertzale, vaticinó que «si esto es motivo de delito, iremos a la Audiencia Nacional una y mil veces».
La comparecencia de los electos independentistas lanzó un doble mensaje. Por un lado iba destinado a quienes respaldan estos procesos, que tildaron de «vendettas» y un eslabón más en la «caza de brujas» y el «todo vale» contra la izquierda abertzale. Y por otro era para Nafarroa Bai, cuyos electos en Berriozar se han ofrecido a comparecer como testigos de la defensa en este proceso. Txelui Moreno y Fermin Irigoien consideraron irónicamente que esta actitud les resulta «asombrosa» después de que la coalición se haya desentendido mucho tiempo de la ilegalización y sus consecuencias, por lo que temen que ahora sólo quiera apuntarse «el tanto mediático».
No obstante, los representantes de la izquierda abertzale tendieron la mano a NaBai para iniciativas de más calado y profundidad en el tiempo: «Si verdaderamente quieren hacer frente a estas cosas, la izquierda abertzale tiene las puertas abiertas de par en par a una colaboración sincera y constante frente a la maquinaria represiva del Estado español».
Moreno e Irigoien destacaron que tras lo ocurrido en Berriozar o el sábado en Atarrabia, «es más necesario que nunca articular un espacio común de respuesta», al que invitan a fuerzas políticas, sindicales y sociales. Y anunciaron próximas movilizaciones aún no concretadas. Junto a ellos comparecieron ante los medios los alcaldes de Arbizu y Bera -Jesús Mari Mendinueta y Josu Iratzoki-, y los concejales de Altsasu e Iruñea Juanjo Goikoetxea y Mikel Gastesi.
Por lo que respecta a los promotores del escándalo mediático de Berriozar, los comparecientes censuraron sobre todo a UPN, PSN e IUN «su nulo respeto a la voluntad popular». Responsabilizaron a sus portavoces en el Ayuntamiento -Sergio Sayas, José Antonio Navidad y Laura Jiménez- del desenlace que pueda tener este proceso judicial y también «de la situación creada en el pueblo». En su opinión, este sumario es «tan absurdo como el de Arralde» -en alusión a la convocatoria falsa que movilizó a policías y jueces-, pero a la vez «tan grave como otros que han generado muchas consecuencias durante años».
Irigoien no supo precisar si el informe que sirve de base a esta querella fiscal ha sido elaborado por la Policía Foral, aunque todo hace indicar que sí, porque fue el Gobierno navarro quien anunció su intención de investigar. Ayer la Mesa y Junta del Parlamento autorizó que el consejero de Interior, Javier Caballero, explique el caso en la Cámara.