Crece la intranquilidad por el secuestro del «Alakrana»
Madrid insinúa un largo secuestro y no descarta ninguna opción para el rescate
La ministra española de Defensa, Carme Chacón, afirmó ayer que el secuestro del atunero «Alakrana» en el Índico puede ser más largo que el del «Playa de Bakio», lo que aumentó la intranquilidad entre las familias de Bermeo, que temen una intervención del Ejército «a las bravas».
GARA | MADRID
La ministra española de Defensa, Carme Chacón, señaló ayer que el secuestro del pesquero vasco «Alakrana», puede ser más largo que el del atunero «Playa de Bakio», que fue retenido por piratas somalíes durante una semana en abril de 2008.
En declaraciones a TVE , Chacón aseguró que el Ejecutivo «va a redoblar los esfuerzos en todos los sentidos» y está «estudiando todas las opciones legales para que el «Alakrana» y sus 36 tripulantes puedan ser liberados «cuanto antes».
En cambio, el secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, opinó que la liberación de los tripulantes del atunero «Alakrana» «sigue las mismas pautas" que el `Playa de Bakio'».
Mientras tanto, el «Alakrana» continúa fondeado en la misma zona de Haradhere, donde se encontraba el domingo, a escasas millas de la costa de Somalia, según el general Jaime Domínguez Buj, quien señaló que «no se observan movimientos que indiquen cambio de actitud de los secuestradores».
Preguntada por la posibilidad de que el Gobierno español pueda pagar por el rescate del atunero, Chacón se limitó a decir que se están redoblando las gestiones diplomáticas y que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha hablado ya con el presidente del Gobierno de Transición de Somalia, que controla parte del país. Mientras tanto, entre los familiares crecía la preocupación. Silvia Albes, la esposa de Pablo Costas, uno de los tripulantes del atunero, señaló que intentan volcarse en los quehaceres diarios para tratar de distraerse, aunque reconoció que resulta muy difícil, y subrayó que a medida que pasan las horas el cansancio y el nerviosismo van haciendo mella en tripulantes y familiares. «Nuestro único deseo es que esto acabe cuanto antes y que recibamos una llamada en la que se nos diga que se terminó la pesadilla», aseguró.
No al rescate «a las bravas»
El último contacto telefónico se produjo el domingo, cuando el patrón del buque, Ricardo Blach, habló con su familia. La esposa de Pablo Costas indicó que no tenía ninguna información sobre posibles gestiones para pagar un rescate, y añadió que desde la empresa les pidieron tranquilidad y paciencia.
Mari Angeles Jiménez, mujer del marinero Gaizka Iturbe, pidió a las autoridades que logren que su marido regrese a casa pero sin que medie ninguna actuación directa de rescate «a las bravas». La mujer del marinero reconoció que tiene miedo de que, en alguna maniobra del Ejército, «alguien pueda salir dañado y no se resuelva felizmente». Pidió que «lo mismo» que su marido salió vivo el 20 de julio de su casa, regrese «vivo y con sus compañeros».
Su marido también se puso en contacto el domingo, tranquilizando a su familia al señalar que «no les trataban mal». «La espera de noticias es angustiosa, el no poder hacer nada también es muy angustioso, y ya estábamos viviendo con angustia desde hace tiempo», afirmó, recordando que el atunero ya sufrió un intento de secuestro el pasado 4 de setiembre.
Por su parte, el otro patrón del atunero vasco «Alakrana», Jesús Mari Iribar, teme que los piratas puedan tomar represalias contra los tripulantes tras la detención de dos de ellos por parte del Ejército español.
Iribar, vecino de Donostia, tenía previsto embarcar a finales de este mes en sustitución de su compañero Ricardo Blach.
Consideró que el sistema de establecer una zona de seguridad en aguas del Índico «no vale para nada», ya que los pesqueros se desplazan constantemente en busca de los bancos de peces. «Hoy estamos aquí, mañana a 400 millas, pescamos con balizas y las balizas van a donde les lleva la corriente, por lo que no sabemos a dónde vamos a ir», sostiene Iribar. A su juicio, la única solución es llevar militares embarcados en los buques, al menos hasta que se solucione este tema», ya que en su opinión «la comunidad internacional tendrá que pensar algo porque esto va a más».
Destacó la dificultad de faenar en otros caladeros ya que en el Atlántico no hay suficiente pesca para toda la flota, mientras en el Pacífico, «es muy difícil conseguir licencias».
Pese a su experiencia, Iribar está inquieto por el efecto del secuestro entre los marineros, ya que recuerda que los pescadores del «Playa de Bakio»,volvieron «bastante cascados» tras «pasar miedo porque parece que esa gente cuando está a bordo bebe mucho, se emborracha y se pone un poco violenta»
Hasta setiembre se habían producido 146 ataques de piratas en la el Golfo de Aden, donde operan unos 30.000 buques, de los que 28 consiguieron secuestrar su objetivo. Los ataques se han duplicado en los últimos meses. En todo 2008 se produjeron 136 ataques con 49 barcos capturados y 591 personas secuestradas. Según la ONU, se pagaron 24 millones de euros en rescates, aunque otras fuentes los elevan a 50 millones.
Algunos de estos secuestros han llegado a durar meses. Ayer mismo fue liberada la tripulación del carguero turco «Horizon 1», secuestrado el pasado julio, después de que la empresa propietaria del barco haya pagado un rescate, de cuya cuantía no se informó.
La Audiencia Nacional dictó el ingreso en prisión incondicional de los dos presuntos piratas detenidos, que se encuentran a bordo de la fragata «Canarias», y responden a las identidades de Abdu Willy y Raagegeesey. La Audiencia ordenó su traslado urgente al Estado español, acusados de un delito de asociación ilícita, 36 de detención ilegal, robo con violencia y uso de armas.
Los familiares temen que una intervención del Ejército «a las bravas» pueda ser perjudicial y compañeros de los tripulantes están preocupados por posibles represalias por la detención de dos de los piratas.
El lehendakari, Patxi López, reclamó ayer al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que «impulse una política de seguridad unitaria ante la piratería», así como una «política activa de acuerdos con terceros países para acordar caladeros alternativos, hasta el momento muy paralizada». López transmitió su preocupación por la seguridad de la flota atunera vasca que faena en aguas internacionales del Océano Índico, donde dos barcos ya han sido secuestrados. López aseguró que si bien su Gobierno valora las medidas de seguridad puestas en marcha por el Gobierno español a través de la misión naval europea «Atalanta», pide nuevas medidas que contribuyan a incrementar la seguridad de los pesqueros. En su opinión, «los Estados no pueden plantearse una política propia ante lo que debe ser una política global de salvaguarda de los mares internacionales».GARA
La ministra española de Defensa, Carme Chacón, afirmó ayer que «es muy complicado dar seguridad» a los buques que trabajan en el Océano Índico, que «es un mar que es tres veces el Mediterráneo» y una «zona tan extensa que es siete veces España», pese a los dispositivos militares de la UE, la OTAN y terceros países. La ministra de Defensa asconsejó a los pesqueros que tomen «medidas de autoprotección» que pasan por «vallar los barcos, cañones de agua y sirenas de alto voltaje» para mantener el «contacto permanente con la Operación Atalanta».
En este sentido, señaló que el Ejecutivo ha hecho «todas las gestiones necesarias para que los barcos de bandera española puedan tener seguridad privada a bordo y para que lleven rifles de largo alcance». Aun así, matizó que «la seguridad al cien por cien no existe» y «no hay una solución exclusivamente militar». Por ello señaló que durante la presidencia española de la UE se va a poner en marcha una conferencia internacional que aborde cuales son las medidas que se deben poner en marcha.
Por su parte, el secretario de Relaciones Institucionales y portavoz de la Ejecutiva del PSE, José Antonio Pastor, recordó que se les ofreció a los atuneros «la posibilidad de contratar vigilancia privada con autorización expresa para llevar determinado tipo de armamento». Pastor estimó que la decisión del Ministerio de Defensa de no aceptar marines de infantería en los atuneros vascos es «ajustada a derecho, que es lo que corresponde, según la ley» y subrayó que «los barcos atuneros vascos que faenan en el Índico son privados».
La seguridad privada que defienden el Ministerio de Defensa y Pastor ha comenzado a prepararse en empresas cuyos propietarios están ligados a la extrema derecha española, según el diario «Público». Así, la empresa Levantina de Seguridad está seleccionando y entrenando a 30 candidatos con este fin. Su dueño, José Luis Roberto, es el líder de la formación ultraderechista España 2000. Su compañía publicó en la prensa regional un anuncio para seleccionar a 30 personas que tendrán un sueldo de 5.000 euros al mes. Según el diario «El País» Roberto dice haber recibido ya más de 400 currículos de aspirantes, aunque estima que sólo el 10% de ellos están preparados. Hay desde ex militares y escoltas de políticos en Euskal Herria hasta guardias de la seguridad personal del golpista hondureño Roberto Micheletti.
El entrenamiento ha comenzado y su equipamiento será similar al material de guerra de un Ejército.