El bombo no se lució demasiado con Athletic y Osasuna, que debutarán en Copa ante rivales más complicados de lo esperado. Rayo Vallecano y Xerez protagonizarán el primer capítulo de la andadura copera, respectivamente, de rojiblancos y navarros, que cuentan a su favor con el orden de los partidos -jugarán el segundo en casa- y, en el caso de los bilbainos, también la diferencia de categoría.

Eso que dieron esquinazo a las probabilidades. Había seis equipos de Segunda B para los siete que disputan competiciones europeas y el Athletic fue el único que se quedó sin perita. Hubo que recurrir al bombo de la categoría de plata, de donde salió, además, uno de los gallitos. Un Rayo que, tras regresar a Segunda hace dos temporadas, sueña ahora con otro ascenso que se le escapó, no por demasiado, la primavera pasada.

En Bilbo no reniegan de su condición de favoritos, pero tampoco renuncian al discurso habitual en estos casos. Los «no hay rival pequeño», «no podemos confiarnos» y demás tópicos corrieron de boca en boca. Como muestra, el botón de Joaquín Caparrós, que recordaba que el Rayo «ya el año pasado estuvo a las puertas del ascenso, tiene continuidad de jugadores y técnicos y va a ser difícil. Pero afrontamos la eliminatoria con la ilusión que el Athletic tiene puesta siempre en esta competición». Más incluso ahora, teniendo en cuenta las fuertes emociones que se vivieron la temporada pasada, cuando el Athletic alcanzó la final de Copa un cuarto de siglo después. En el club se ha reconocido desde que arrancó la campaña que repetir experiencia es uno de los grandes objetivos del año. Para conseguirlo tendrá que empezar pos superar a un Rayo que mantiene buena parte del bloque con el que consiguió el ascenso a Segunda -empezando por la presencia de Pepe Mel en el banquillo-, al que en estas dos temporadas se han sumado jugadores como David Aganzo, Rubén Castro o Néstor Susaeta, que vivirá un duelo familiar con su primo Markel.

«No hay morbo»

También habrá caras conocidas para Osasuna. Como en el caso de los bilbainos, el equipo rojillo tampoco estuvo afortunado con las probabilidades y protagonizará uno de los cuatro duelos entre equipos de Primera.

Ante el Xerez de José Ángel Ziganda, ahí es nada, aunque José Antonio Camacho asegura que el morbo «lo veis vosotros -en referencia a la prensa-. Me ha tocado muchas veces este tipo de circunstancias y el morbo para mí no existe. Para mí, juegan Xerez y Osasuna, y nada más. Otra cosa es que Ziganda haya estado aquí, pero igual que yo en otros equipos».

Menos gracia le hace tener enfrente un rival de la misma categoría, por mucho que se trate del farolillo rojo, de ahí que el murciano también recurra al tópico. «Es un equipo de Primera y es una eliminatoria igualada». Nada nuevo, por tanto.

El único consuelo que le queda a Camacho es que, como sucede con el Athletic, Osasuna disputará el partido de vuelta en casa. «Lo prefiero, me gusta jugar primero fuera y tener que sentenciar en nuestro campo».

Eso será el martes diez de noviembre; dos semanas antes, el 28 de octubre, serán los duelos del Teresa Rivero y Chapín los que abran el fuego.