El Tribunal de Seguridad del Estado de Sana'a condenó ayer a muerte a diez rebeldes chiíes, y a otros cinco a quince años de prisión, tras encontrarlos culpables de formar un grupo armado y de matar soldados.

Los procesados fueron detenidos por las fuerzas de seguridad yemeníes tras combates entre los rebeldes chiíes seguidores de Abdelmalek al-Huti y el Ejército entre mayo y julio de 2008 en la zona de Beni Hashish, a 30 kilómetros al norte de Sana'a. En total, fueron 190 los rebeldes detenidos en esa operación.

Después de que el juez del tribunal Mohsen Alwan leyera la sentencia, los acusados gritaron «Dios en grande, muerte a América, muerte a Israel, la victoria es para el Islam, que Dios maldiga a los judíos».

Los condenados aseguraron que no reconocían el tribunal y que no solicitarían apelación alguna.