Aunque quede una ardua labor de remontar 8 puntos para no verse abocados a tener que jugar la Eurochallenge, lo que sería todo un castigo para la entidad, el Bizkaia Bilbao Basket puede dar por buena la derrota cosechada ayer en Donetsk después del esperpento que protagonizó en su estreno en la Eurocup, donde llegó a ir perdiendo por 21 puntos. Contagiados quizá por el alocado juego propuesto por el rival, los de Vidorreta se limitaron a jugar 1x1 y a lanzar triples sin mucho sentido y pudo haber pagado mucho más caro su 6/28 en tiros de 6,25.

A pesar de que ésta tenga opción de enmienda, la derrota tiene grandes similitudes con las tres anteriores, ya que la falta de juego interior -Banic puede ser el termómetro del equipo y sigue bajo cero, mientras Moiso apenas jugó siete minutos-, la dependencia del tiro de tres con malos porcentajes, así como la laguna reboteadora explican los motivos de absoluto bloqueo por los que pasó el equipo.

Aunque Blums y Markota acertaran sus dos primeros triples, desde el inicio el partido fue digno de patio de colegio, con los dos equipos corriendo de un lado hacia el otro y terminando casi todos los ataques en jugadas individuales en las que los estadounidenses del Donetsk, especialmente Owens, se encontraron más cómodos.

Por contra, los cambios introducidos por Vidorreta en su quinteto inicial -dando el timón a Blums, uno de los más destacados junto a Seibutis- no servían para entrar en el partido. Pese a su superioridad en centímetros, los vizcainos no eran capaces de hacer valer su juego interior y aguantaron en el marcador (18-18) a base de 1x1s de Blums, Banic y Seibutis.

Mientras entre los ucranianos Owens seguía a lo suyo, con aportes de Sundov desde el exterior, Txus Vidorreta continuaba sin dar con la tecla. Probó con Javi Rodríguez y con Salgado en la dirección, pero los hombres de negro continuaban terminando sus ataques con lanzamientos de tres sin mucho sentido y los locales ampliaron su renta hasta los once puntos.

Saltan todas las alarmas

Parecía complicado empeorar el nefasto segundo cuarto, pero los de Vidorreta lo consiguieron en un comienzo de segunda parte lamentable. Aunque Blums tuvo sus dos tiros inspirados, los locales salieron ganando en el intercambio de triples, incrementando la ventaja hasta los 21 puntos tras una técnica de unos árbitros que estuvieron a la altura del partido.

Afortunadamente, en un choque tan extraño, cuanto peor fue mejor para los de Vidorreta, que por lo menos tuvieron los arrestos suficientes de comenzar a maquillar el desastre con un parcial de 7-2, mejorando en defensa y corriendo el contraataque. La defensa del equipo vasco y la especulación local -la renta era de 17 a falta de cuatro minutos- dejaron una renta asumible para la vuelta.