Las salas del museo Artium de Gasteiz están teniendo una semana ajetreada, llena de cambios, previa a la gran inauguración de temporada que tendrá lugar el viernes. A partir del sábado, por tanto, los visitantes podrán ver todas las nuevas propuestas con las que la pinacoteca encara el otoño. «El tiempo que venga. La colección IX», «Retratos de la fotografía india contemporánea» y «Diálogos. Chillida, Oteiza, Serra» son las tres muestras que presentaron ayer, a la que hay que sumar la dedicada a los premiados en la XX edición de Gure Artea, es decir, Xabier Salaberria, Asier Mendizabal e Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum, a los que hoy les toca su turno.

Desde India llega la segunda edición de la propuesta «Yo y el otro», que antes protagonizó China. Está coproducida con el Palau de la Virreina de Barcelona, con el que ya habían trabajado antes, y ofrece una mirada general a diferentes realidades del país asiático, siempre con una misma vía: la fotografía. Dieciséis artistas, entre los que se incluyen a los más representativos del país, «plasman su interés por la identidad, desde la alegoría poética a la representación de estereotipos de la cultura popular», según describen. Para ello, dentro de la fotografía, emplean el retrato, como su «particular percepción» del entramado social.

La muestra, que han comisariado Luisa Ortínez y Devika Daulet-Singh, se puede dividir en dos partes, como ya deja ver su enmarque dentro de la propuesta «Yo y el otro». Por un lado, están los autorretratos, como parte de la noción de «mismidad» y en los que el fotógrafo interpreta un juego de rol o una performance. En segundo lugar, están las fotos que captan la idea de «el otro», pero no en referencia al etnográfico, sino el que «reúne, documenta o describe grupos sociales, cuestionando el entorno y la sociedad de la que forma parte».

Esta exposición se completa con un interesante ciclo de cine, «Cine de autor, documental, independiente y videocreación (1899-2008)», que ofrecerá una amplia panorámica a través de once programas, presentados en otros tantos días. Por otro lado, las dos comisarias ofrecerán una conferencia que se acercará hasta la realidad contemporánea del país.

Para la segunda muestra, Artium se reafirma en una de las ideas que viene presentando en anteriores ediciones. Se trata de emplear los fondos del museo, muchos de ellos aún sin exponer, para darles una nueva lectura a través de una idea en comú. Con la exposición comisariada por el director del museo, Dani Castillejo, y formada por unas 75 piezas de 58 artistas, se busca presentar una doble perspectiva del tiempo. El tiempo vengador y el que viene. De aquel que no pasa en vano y del que abre la oportunidad a lo desconocido. Todo ello amparado en la dualidad que ofrece el nombre«El tiempo que venga», jugando con los verbos «venir» y «vengar.»

Doble recorrido

La muestra está dividida en dos recorridos. El primero, partiendo del venir del tiempo, es decir de la concepción más lineal y objetiva, tiene un carácter más narrativo. El segundo, en cambio, tiene un sentido más revisionista y subjetivo, unido al «vengar». Bajo este planteamiento, el espacio se ha dividido creando dos ámbitos. Como separación, dos estrechos pasillos sirven de puente entre ambos, jugando a «túneles del tiempo».

Como testigos del paso vengador del tiempo, la idea lineal de Cronos, se pueden subrayar «Los espíritus ausentes», de Vicente Ameztoy, o los estragos del tiempo en las parejas de retratos de Barbara Stammel. Al otro lado, en el espacio que alude a Cronos -dios griego del tiempo interior-, es decir, a la fugacidad del mismo y del momento oportuno; están, entre más obras, un autorretrato de Alberto García Alix, la «Torre de Babel» de Brueghel o «La Casa Vacía» de Curro González.

Diálogo a tres

La tercera propuesta, que ya se había presentado, es el diálogo a tres que han promovido entre las obras de los tres grandes escultores que han revolucionado esta disciplina: Jorge Oteiza -con «Mirador mirando»-, Eduardo Chillida -«Elogio de la Arquitectura XIV»- y Richard Serra -«Finkl Octagon»-. En la plaza sur están situadas están tres obras, que buscan dialogar entre sí y con el visitante, mientras homenajean a sus autores. Esta idea se completa, asimismo, con una muestra de cámara con otras 23 obras de menor formato.