Maite SOROA | msoroa@gara.net
Repetir como un lorito
Siempre que un perverso dice una maldad, hay un memo que la pilla al aire y la repite como un lorito. Le suele pasar a quien quiere agradar al señorito.
Ayer Carlos Carnicero, en «El Periódico», nos daba buena muestra de ello: «No hace falta ser un lince para relacionar las detenciones de la cúpula incipiente de la nueva Batasuna y la del aparato político de ETA. Arnaldo Otegui viajó a Francia a recibir instrucciones y ordenante y ordenado han acabado en el talego». No sé si habrá que ser un lince, pero por lo menos habrá que demostrar que lo que se dice es cierto. Rubalcaba no se atrevió a tanto.
Lo mejor es que, a falta de pruebas, el lorito aporta supuestas «reflexiones». Tarea ardua para algunos: «Primera: ETA no da un paso sin que en un intervalo cada vez más corto de tiempo tenga una respuesta policial. Los pesimistas dicen que se reproduce rápidamente; los realistas creemos que cada vez la calidad de sus clonaciones es mucho menor». Si él lo dice...
En la segunda «reflexión» Carnicero acredita que ni siquiera repasa la prensa que dice cosas interesantes: «Segunda, no hay un ápice de coraje en Batasuna -o acaso tampoco voluntad- de disociar su suerte de la de ETA. Tienen vocación de monaguillos del terror».
Tengo para mí que el nerviosismo ha empezado a cundir en las filas del españoleo eterno y, como los músicos del Titanic, se empeñan en disimular tocando pasodobles: «La estrategia firme y global contra el terrorismo está dando resultados sostenibles. Tienen que ocurrir sólo algunos requisitos indispensables para que la victoria sobre el terrorismo se produzca en unos términos asumibles por un estado de derecho: no pude haber ningún gesto que permita sostener la pretensión de que lo que se dilucida es un contencioso político. No hay que caer en la tentación de creer en un alto el fuego aún cuando se adorne de calificativos con indefinido o permanente». Y, por si acaso, se pone la venda antes de la herida: «La sociedad debe estar preparada para los últimos golpes de la fiera y los terroristas deben interiorizar que su única esperanza es la rendición». Lo peor que puede hacer un presunto analista político es confundir sus deseos con la realidad. Luego hace el ridículo.