Periscopio vuelve a abrir una ventana con once miradas al fotoperiodismo
La fotografía es el medio, pero, sin dejar a un lado su valor artístico, tiene mayor relevancia su contenido social. Once son las miradas a la actualidad y once, por tanto, las exposiciones de fotoperiodismo repartidas por Gasteiz, que ofrecen un amplio mosaico para asomarse, por ejemplo, a las maras, la violencia de género en Afganistán o el después de Chernobil.
Itziar AMESTOY | GASTEIZ
Los organizadores de Periscopio comentaban ayer en la presentación que, en tiempos inciertos para el fotoperiodismo, los festivales constituyen un pequeño oasis. Así, citas como la de Perpinyà, el principal festival europeo, mantienen sus «millones de seguidores» y otras, como la de Gasteiz, continúan con su carrera ascendente. La cuarta edición del certamen alavés se presenta con un programa rico y variado que gana espacios en la ciudad, y, en consecuencia, aporta una visión más amplia sobre un mayor número de situaciones. Por delante quedan casi dos meses para que el público, que empieza a labrar una visión crítica sobre la fotografía, recorra los once espacios en los que se despliega la «mirada al fotoperiodismo» que aporta la muestra Periscopio.
Como punto de partida para el recorrido se puede tomar «Maras», el trabajo en el que Isabel Muñoz muestra «La cultura de la violencia». Muñoz es una de las fotógrafas más prestigiosas y conocidas del Estado español y, en este caso, muestra en Gasteiz un impresionante trabajo sobre estas pandillas de adolescentes y jóvenes que, fruto de la miseria y marginación que padecen, se han convertido en los protagonistas de la violencia que recorre las ciudades centroamericanas. La fotógrafa barcelonesa realizó su trabajo en tres prisiones salvadoreñas entre febrero y mayo de 2006.
La exposición, visible en la Sala Fundación Caja Vital, está divida en tres partes: Maras en la cárcel, Retratos y Maras con la familia. Las imágenes resultan muy impactantes, parte de lo cual es responsabilidad de la técnica que emplea Muñoz: la platinopia, una forma antigua en la que se usa el papel de acuarela y las sales de plata para lograr imágenes de gran tamaño y con un tono y textura «excepcionales».
La fotógrafa, que estuvo presente ayer en la presentación, mostró su fascinación por las miradas. «Son una fuente inagotable de conocimiento, porque no engañan nunca». Respecto a cómo realizó su trabajo en las prisiones, habló de la franqueza hacia quienes retrataba, les mostraba su trabajo previo e incluso acudía con una impresora pequeña para obsequiarles con parte del resultado. Su obra pretende ser «testigo de una realidad», según definió Muñoz, quien quiso dejar claro que no busca, como podría hacer un antropólogo o sociólogo, juzgar o valorar la situación, sino retratarla.
Otra de las propuestas que destaca del festival tiene una buena acogida asegurada. Es la actual edición de la World Press Photo que, desde 2003, tiene a la capital de Araba como uno de los lugares habituales de visita. Una selección de los 62 fotógrafos que se escogieron se puede ver en el Espacio Ciudad. Aporta, por lo tanto, las mejores obras del concurso profesional de fotografía de prensa más importante del mundo. Como temática estrella no podían faltar, en la edición de este año, imágenes que «hablan de la crisis y sus consecuencias».
Emilio Morenatti
Una de las muestras más impactantes -o difíciles de ver- llega de un fotógrafo del que también impacta conocer su situación. Es Emilio Morenatti, herido en agosto en Afganistán y que actualmente se encuentra ingresado en un hospital estadounidense. Su trabajo es cruelmente bello. Las imágenes retratan rostros de mujeres afganas desfigurados, fundidos, por los ataques con ácido que han padecido.
Son, según relata Marta Ramoneda, que trabajó junto a Morenatti, caras con «marcas imborrables de poder y de desigualdad». Pero, a pesar de su dureza, las mujeres retratadas reflejan una dignidad que supera cualquier victimismo. «No es un trabajo sobre una práctica existente en el mundo islámico, sino una realidad presente en el subcontinente indo-paquistaní y que no deja de ser una cara más de la violencia de género que golpea a mujeres de todo el mundo», aclara.
Este trabajo que, según advierten, puede herir la sensibilidad del público, se puede ver en el Museo de Bellas Artes, un espacio que se une por primera vez a Periscopio y que rompe con la línea habitual de la pinacoteca de sumarse al festival.
Montehermoso se mantiene fiel a Periscopio. En esta ocasión presenta «Nómadas», que es el nombre de la primera red social formada en el ámbito estatal para fomentar la fotografía, sobre todo, documental. «Un escaparate singular y riguroso» para mostrar trabajos diferentes. Como representación, a Gasteiz llegan quince de estas galerías de otros tantos autores.
El fotógrafo de Sestao Jorge López tiene la oportunidad de mostrar su trabajo en el Palacio de Villa Suso. Su objetivo ha sido rescatar la Ucrania olvidada y sus humildes habitantes, que aún conviven con las consecuencias del desastre nuclear. Sus imágenes muestran la herencia del desastre que, aunque ha querido ser silenciado ,continúa vigente 23 años después. «Hijos de Chernobil» se acerca sobre todo a los menores.
Dos plazas
Periscopio ha mantenido su apuesta por sacar a espacios públicos parte de su contenido, a pesar de que el año pasado unos desconocidos destrozaron varias de las obras. La agencia Reuters acerca hasta la Virgen Blanca 44 imágenes de gran tamaño que sirven de repaso al 2008. La espectacularidad de estás imágene, unido al hecho de que es uno de los espacios más frecuentados de la ciudad, les confiere todavía mayor atractivo. Como novedad, la Plaza Nueva también se une al festival y muestra el trabajo en el que el fotógrafo de Yalta Viktor Drachev retrata a gentes de Bielorrusia, Ucrania y Georgia.
Otra mirada llega desde Argentina. Matías Costa, cuyo trabajo se puede ver en Krea Expresión Contemporánea, se acerca a la vida de los inmigrantes cuando se preparan para abandonar el país buscando otra vida. Se ha basado en su experiencia, ya que huyó de Argentina y llegó al Estado español sin tener una identidad clara. Su conclusión ha acabado siendo que la identidad «no se encuentra en un lugar concreto, sino en aquellos en los que se ha formado como persona».
Para los seguidores de los Rolling Stones, llega una muestra de Christopher Simon Sykes sobre la gira del grupo por EEUU, inédita hasta hoy en el Estado y que se puede ver en el vestíbulo de Dendaraba. Por otro lado, el premiado trabajo de Brenda Ann Kenneally estará en la Casa de la Cultura. Es un análisis sobre la clase obrera estadounidense arrasada por la globalizació y la codicia capitalistas a través de seis mujeres. Por último, el certamen se completa con el concurso amateur. Los ganadores del año anterior muestran ahora sus trabajos en la sala Luis de Ajuria. Quienes han participado este año, por otra parte, tienen repartidas sus obras por un total de 78 locales de todo el herrialde.
Debido a la variedad de salas a las que llega el festival, en las que cada una tiene un horario diferente, lo más adecuado para organizarse es consultar el programa o visitar la práctica web www.periscopiovitoria.com.
Además de los profesionales, Periscopio también ofrece una posibilidad a los aficionados. 78 locales de Araba presentan exposiciones amateurs y los ganadores del año anterior están en la sala Luis de Ajuria.
La escultura de Richard Serra completa el conjunto expositivo «Diálogos-Elkarrizketak» junto a las obras de Chillida y Oteiza.
Nómadas: Colectiva Red Social Fotografía, Montehermoso.
Los hijos de Chernobil: Jorge López, Palacio de Villa Suso.
Nuestro mundo hoy: Reuters Agency, Virgen Blanca.
Victor Drachev: Plaza Nueva.
Maras: Isabel Muñoz, Sala Fundación Caja Vital.
Extraños: Matias Costa, Krea Expresión Contemporánea.
Rolling Stones, diario inédito de una gira: Christopher Simon Sykes, vestíbulo de Dendaraba
World Press Photo: Espacio ciudad.
Ganadores Periscopio Amateur 08: Sala Luis de Ajudia.
Las chicas del norte: Brenda Ann Kenneally, Casa de la Cultura Ignacio Aldecoa.
Violencia de género en Pakistan: Emilio Morenatti, Museo Bellas Artes.
Fecha: Desde hoy hasta el 9 de diciembre.