Con una propuesta de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que debe ser ratificada, como muy tarde. el viernes por Irán, Rusia, EEUU y el Estado francés y muchas dudas, concluyó ayer en Viena la negociación sobre el enriquecimiento en el exterior de uranio iraní de uso civil.

Un acuerdo entre Irán y las potencias nucleares es crucial para mitigar la tensión sobre el polémico programa nuclear que Teherán mantiene tiene una finalidad puramente civil. Los occidentales sospechan que el régimen islámico intenta dotarse de la bomba atómica escudándose en un programa nuclear supuestamente civil.

El borrador, que incluye que el 80% de las reservas de uranio poco enriquecido de Irán sea enviado al exterior para ser procesado, es considerado una forma de «abrir un espacio a la negociación», según el máximo responsable de la AIEA. Mohamed ElBaradei.

El director general de la AIEA, dijo que el texto fue enviado a las autoridades de los países que desde el lunes negociaban en Viena. «El plazo para que las partes se pronuncien y, como espero, den su aprobación, expira el viernes», añadió.

Este «proyecto de acuerdo refleja en mi opinión un enfoque equilibrado», anunció a los periodistas sin dar detalles. Según fuentes diplomáticas, el acuerdo pide a Irán, como estaba previsto, que exporte la mayor parte del uranio enriquecido en sus instalaciones.

Se trata de determinar «las modalidades y el medio de garantizar que Irán tendrá el combustible necesario para su reactor de investigación», recalcó el responsable de la AIEA sin especificar si Irán daba su visto bueno a la iniciativa.

El embajador iraní, Ali Ashgar Soltanieh, se limitó a afirmar a los periodistas que «todos los detalles serán revelados el viernes». Lo máximo que dijo es que Irán estaría en condiciones «de obtener el combustible» para su reactor nuclear de investigación.

Apuntó que «todavía somos los amos de la tecnología del enriquecimiento» y añadió que los propios iraníes podrían producir el combustible para el reactor nuclear. «Pero -indicó- hemos decidido que vamos a recibir el combustible productores potenciales dispuestos a producir y bajo los auspicios de la AIEA».

Mohamed ElBaradei precisó que se trataba de una «misión con un objetivo puramente humanitario» ya que el reactor de investigación iraní, para el que está destinado el uranio enriquecido en el extranjero, produce isótopos para el tratamiento de determinados cánceres.

Normalización

Dirigiéndose a Teherán, sugirió que una medida clave para restablecer la confianza sería no «transformar uranio enriquecido» en combustible en Irán, algo que Teherán siempre ha rechazado hasta ahora.

ElBaradei, que dejará el cargo a finales de noviembre, pidió a todas las partes que tomen conciencia de que «este acuerdo podría preparar el camino para una completa normalización de las relaciones entre Irán y la comunidad internacional».

La reunión de Viena, que se celebraba desde el lunes a puerta cerrada en la sede de la AIEA, fue fijada el 1 de octubre en Ginebra, cuando se reanudó el contacto entre Irán y los países del Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania) tras 15 meses de interrupción.

El objetivo de la reunión de Viena es fijar las modalidades de entrega a Irán, bajo control de la AIEA, de uranio enriquecido al 90% para que pueda ser utilizado como combustible en su reactor de investigación con fines médicos.

A cambio, Irán debe entregar, en principio a Rusia, una parte de los 1.500 kilos de uranio que ha enriquecido a pesar de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Luego, el Estado francés lo reprocesaría para que pueda ser usado como combustible en el reactor de investigación de Teherán.

Las autoridades iraníes habían asegurado que el año que vienen estarían escasos de este tipo de combustible, que les había suministrado anteriormente Argentina.

La propia incertidumbre sobre si el acuerdo será finalmente aceptado la expresó Mohamed ElBaradei al decir: «Cruzo los dedos para que el viernes tengamos el visto bueno de todas las partes implicadas».