La odisea del inmigrante
«Edén al Oeste»
Costa-Gavras apela a su origen griego para hacer una actualización de «La Odisea» de Homero, trasladando la figura del viajero Ulises a la de un inmigrante encarnado por el italiano Riccardo Scamarcio.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Desde que Costa-Gavras realizó «Z», sobre el Golpe de los Coroneles, nunca se ha olvidado de su origen griego. Treinta años después, su cine político se ha abierto hacia otros temas históricos y contemporáneos de denuncia social. La repercusión alcanzada con «Missing» le llevó a varias incursiones en Hollywood, pero ha vuelto a establecerse de nuevo en el viejo continente demostrando en las recientes «Amén» y «Arcadia» que no ha perdido pujanza. Lo único que pasa es que hoy en día, al igual que a todos los cineastas de izquierdas, se le discute su obra en conjunto. Se ha puesto de moda decir que las películas de Costa-Gavras carecen de estilo, porque lo que prima en ellas es el discurso ideológico. Pero el que supedite la forma al contenido no quiere decir que no sea un cineasta con unas señas de identidad estilísticas, ya que su tratamiento visual obedece a una ética y a un compromiso muy didáctico con la verdad en todas sus expresiones.
El guión que ha escrito para «Edén al Oeste» con su habitual colaborador Jean-Claude Grumberg pretende ser una actualización del clásico de la cultura helénica «La Odisea». La figura del viajero homérico da paso a la del inmigrante, y Costa-Gavras subraya que su joven Elías navega por el mismo Mar Egeo que atravesó Ulises, a la vez que sus respectivas aventuras transcurren bajo el mismo cielo. De este modo el cineasta y su guionista evocan su pasado de inmigrantes, junto al de sus familias. Es un homenaje a todos cuantos han tenido que dejar sus países de origen para adentrarse en Europa, como el protagonista errante de esta libre recreación en su intento por llegar hasta París, para lo que deberá superar no pocos obstáculos en su camino.