Más de diez arrantzales de Ondarroa han fallecido por cáncer de pulmón
El juicio por la demanda para considerar enfermedad profesional el cáncer derivado del amianto que costó la vida al arrantzale Lon Salabarrieta Arregi, de 53 años, se aplazó ayer. Su viuda, Antigua Etxaburu, aseguró a GARA que los arrantzales trabajaron en contacto con el amianto sin que nadie les advirtiese de su peligro y que en Ondarroa en los últimos años más de diez arrantzales han fallecido por cáncer de pulmón. «No se debe al tabaco, pero ocultan las causas».
Juanjo BASTERRA
El Juzgado de lo Social número 10 aplazó la vista por la demanda de Antigua Etxaburu, viuda del arrantzale Lon Salabarrieta Arregi, para que la muerte de su marido se considere causada por una enfermedad profesional. El arrantzale de 53 años falleció cinco meses después de detectársele un mesotelioma pleural -un tipo de cáncer- al haber estado expuesto al amianto en su vida profesional.
Según el juzgado, la demanda debe extenderse no sólo a la Seguridad Social y a la mutua Asepeyo, sino a los herederos de la empresa del patrón del buque ondarruarra «Siete Villas», que se dedicó a la pesca de arrastre, «donde trabajó mi marido durante su vida, porque ya ese buque no existe, pero sí sus herederos». Lon Salabarrieta murió en 2008, cinco meses después de que le detectaran el cáncer, una vez que en alta mar en el Océano Indico tuvo esputos con sangre. «Le mandaron a las islas Seychelles para trasladarle a Ondarroa. Le hicieron unas pruebas y el médico enseguida le dijo que se debía al amianto. Todavía no he digerido su falta. Ves que se pasa la vida pescando y un día aparece enfermo y en cinco meses escasos ha muerto», se lamenta Antigua Etxaburu. La viuda asegura que los tripulantes conocían la existencia de amianto en las instalaciones del buque, pero «nadie les dijo del peligro que entrañaba para su salud».
La presencia de amianto en los buques, en realidad, está muy documentada, pero hasta la fecha no había salido a la luz con esa crudeza que hay arrantzales que están muriendo. Sin embargo, Etxaburu relata que cuatro compañeros de su marido fallecieron por cáncer de pulmón y «hay un quinto al que le están haciendo pruebas y que puede tenerlo». Todos ellos eran tripulantes del buque, que hace doce años tuvo un incendio mientras se encontraba faenando en Gran Sol, al norte del Atlántico. Antigua Etxaburu aseguró que desde ese momento su marido «no se encontraba bien», porque se quejaba de «la zona de los pulmones». Según expresó a GARA, durante los últimos años, al menos, diez arrantzales han fallecido por cáncer de pulmón, «pero no ha sido por el tabaco, como lo han confirmado los médicos, lo que ocurre es que se ocultan estos problemas», precisó.
Un compañero de Lon Salabarrieta, que acudió como testigo, explicó a GARA que «nadie nos dijo ni nos ha dicho nada de los peligros del amianto, porque todos los buques que se construyeron antes de 1981 llevaban mucho amianto. El Siete Villas era un buque antiguo. Me están realizando exámenes de salud. Me han hecho una biopsia, pero las comprobaciones iniciales no indican nada bueno».
Patxi Kortazar, afectado por amianto y miembro de la Asociación Asviamie, aseguró que ya hay 350 personas inscritas y que «vamos a continuar con las concentraciones cada vez que haya un juicio».
El grupo municipal de la izquierda abertzale en el Ayuntamiento de Bilbo denunció ayer que por tercera vez este año los grupos «PNV, IU, PP y PSE han vetado la discusión en el pleno de este próximo jueves de una moción sobre siniestralidad laboral». En la misma, la izquierda abertzale propone solidarizarse con los trabajadores que han fallecido por accidente laboral en Bilbo; el esclarecimiento de los accidentes; que el Ayuntamiento se persone como acusación particular si se acude a la vía judicial; y la convocatoria de concentraciones de 15 minutos contra la precariedad laboral.
Ante el rechazo, denuncia, por otro lado, que «este nuevo veto impuesto por aquellos partidos que compiten por aparecer en los medios cada vez que se ennegrece una pared en la villa, demuestran su hipocresía ante situaciones de estas y evidencian que los trabajadores son ciudadanos de segunda».
Por otro lado, ELA y LAB se concentraron por separado en la plaza del teatro Arriaga para denunciar la muerte del último trabajador, el pasado jueves en Bilbo. De momento suman ya 75 trabajadores fallecidos. Según Ibon Zubiela, responsable de LAB de Salud Laboral, «nos alegramos de que este año se estén reduciendo los accidentes mortales, pero esta situación no tiene nada que ver con una mayor actuación de los empresarios en materia preventiva, sino con la caída de la actividad». Lamentó que tanto Osalan como el Instituto Navarro de Salud Laboral recorten el presupuesto para 2010. J. BASTERRA