Los mercados se dieron ayer la vuelta de forma violenta a una hora del cierre debido a la caída de Wall Street, que había dado sus primeros pasos al alza para girar bruscamente poco después. Muchos analistas estiman que, una vez conocido el grueso de las cuentas empresariales, los inversores se han amoldado al cumplimiento de las mejores expectativas y ahora comienzan a debatir de nuevo sobre el estado de la economía. También fue de interés, por otro lado, el batacazo generalizado de los valores financieros en Nueva York, con Bank of America a la cabeza, así como el desplome bursátil de ING (-17%), una vez conocido que se partirá en dos y hará una ampliación de capital de 7.500 millones de euros para devolver parte de las ayudas gubernamentales. En la misma línea, Lloyds tiene previsto ampliar su capital en 12.000 millones de euros y rebajar su dependencia financiera del Estado, que actualmente posee el 43%. La caída de Wall Street, junto a este cóctel de referencias bancarias de difícil lectura, tumbó sin remisión a los índices europeos. El Ibex se aleja así de los 12.000 puntos. Hoy comenzará con 11.622,60, después de descontar un 1%. Francfort (-1,71%), París (-1,68%) y Londres (-0,97%) no lo hicieron mejor. En el Ibex, los recortes más severos fueron para OHL (-7,63%), Iberia (-5,66%) y Bankinter (-4,86%). Sólo huyeron del rojo Enagás (+0,51%) y Abertis, que repitió precio. En París, los bancos pagaron por la desconfianza en el sector: Crédit Agricole bajó un 4,77%, Dexia, un 4,50%, BNP Paribas, un 3,70%, y Société Générale, un 2,86%. Los títulos de L´Oréal (+0,94%) fueron los mejores de la sesión.