Originario de Shangai, Zhou Yu lleva viviendo en el Estado francés diez años. Durante dicho periodo ha seguido estudios universitarios y ha trabajado en diferentes ámbitos. Conocido por haber aparecido en varios programas televisivos y frecuentar a los grandes chefs de la cocina francesa, Zhou Yu es un «ejemplo de integración» en palabras de la abogada y representante de la asociación Cimade Laurence Hardouin.

El señor Yu fue detenido en un viaje que realizaba para conocer la cocina vasca, dentro del proyecto que estaba llevando a cabo para escribir una guía sobre la cocina francesa dirigida a los chinos. «Una vez terminada la parte sobre el queso francés, en el capítulo de cocinas regionales que empecé a escribir este verano, fui detenido cuando visitaba el País Vasco». Estas palabras están extraídas de un escrito que ha facilitado Cimade, en el que el retenido explica cuál ha sido su trayectoria durante toda su vida, y en especial durante los últimos diez años en que ha residido en el Estado francés sin problema alguno.

Después de haber realizado estudios de gestión empresarial y emplearse en este ámbito, en los últimos años Yu enseñaba la lengua y la cultura china y fue contratado por la televisión pública francesa para ello.

Juzgado hoy

En el recurso que presentará hoy en Pau el abogado de la asociación de defensa jurídica a los inmigrantes, Cimade, subrayará la asunción de los valores de la República por parte del acusado, al igual que el trabajo que ha llevado a cabo durante la última década. Aun así, Laurence Hardouin no se mostró muy optimista teniendo en cuenta la política que lleva el Estado en lo referente a los inmigrantes no europeos. «Hace tres o cuatro años, la integración podía ser una razón para poder seguir habitando en el Estado, pero hoy día, teniendo en cuenta la política de cupos que lleva el Gobierno, no es muy probable».

En el caso de que el Tribunal decida expulsar al señor Yu, el siguiente paso será contactar con el Consulado chino. El Estado chino deberá de reconocer a Zhou Yu como ciudadano suyo, y en ese caso será enviado a su país en el plazo de quince días o un mes. De lo contrario, dentro de treinta y dos días deberá de ser liberado, pero una vez más sin poseer los papeles necesarios para vivir legalmente.