Aquellas tediosas esperas en la cafetería de carretera de Alfajarín para reanudar el trayecto en autobús entre Gasteiz y Barcelona les hizo pensar en que debería haber otra alternativa «más flexible, más social y, sobre todo, más económica» de viajar. Unai Bordes había trabajado en Alemania y allí observó lo extendido que está la fórmula del autostop online. Extrañamente, una idea que no había cuajado por estos lares. «Cuando volví, contacté con algunos compañeros con los que siempre habíamos comentado la posibilidad de crear algo que hiciera un servicio a la gente», recuerda. Y el fruto de aquellas posteriores conversaciones es hoy la plataforma social en internet VoyContigo.org.

Junto a sus colegas Adrián Orbea, que trabaja en Dusseldorf, y Javi Marzal, haciendo lo propio en Barcelona, decidieron lanzarse a esta aventura virtual. Jon Castillo, un compañero diseñador gráfico en su tiempo libre y a quien le apasionó la idea, y Jon Vadillo, aún estudiante de Ingeniería informática en Arrasate, quien vio presto la oportunidad de forjarse su propia carrera, se les sumaron. Casi todos sabían lo que era estudiar lejos de casa y sufrir y padecer los largos viajes y los precios del transporte público.

«La idea puede tenerse clara desde el principio. Sabíamos lo que queríamos», explica Unai Bordes, que también trabaja en la capital catalana. Hicieron falta muchas horas, muchas ganas y -dice- talento. El resultado, 2.000 sorprendentes visitas en su primera semana en la red. Y apenas llevan un mes haciendo, como ellos dicen, «masa crítica».

El tabú de la «cita a ciegas»

Pero, ¿en qué consiste VoyContigo? Tan simple como «una nueva manera de ver la posibilidad de viajar». No quieren que sea un mero expositor www encajado en una pantalla. «Creemos que la nueva juventud quiere flexibilidad, quiere economizar, quiere cuidar el medioambiente y quiere viajar con personas en lugar de con medios de transporte», aclara Bordes, que en esta ocasión hace las veces de portavoz de este «grupo virtual», cada uno en una esquina.

¿Cómo? Tan fácil como que «uno podría estar trabajando en Donostia y recibir la noticia de que un sobrino suyo acaba de nacer en Madrid. Inmediatamente, encontraría a alguien que en breve sale hacia Madrid o que ya está en marcha, lo recoge en el lugar acordado y se plantaría en el hospital en tres o cuatro horas. Esta económica, flexible y ecológica manera de ver el propio viaje es lo que busca la iniciativa VoyContigo».

Para ello el usuario sólo tiene que buscar en la web los anuncios de salidas insertados, ya sean de pasajeros que necesitan ser trasportados o conductores que viajan solos o con espacio de sobra. Los viajes están ordenados por día de salida, indican el coste, horario y hasta si se permite fumar. Si a uno le cuadra, sólo tiene que escribir al anunciante. Así de sencillo. «A partir de ahí, la relación deja de basarse en la web y se convierte en personal», concluye.

Los propios inspiradores de este servicio son conscientes de que no sólo deben darse a conocer en la red, sino que también deben enfrentarse con el tabú de la `cita a ciegas'. «Cierto -reconoce Bordes-. Es una barrera para el usuario. Pero si uno piensa en el valor que puede dar a los viajes diarios o frecuentes dentro de la propia provincia o región, al final en la cita a ciegas resultará que el extraño es casi tu vecino o del pueblo de al lado». Mucho menos frío que las iniciales líneas de texto del anuncio o el mensaje de respuesta.

La apuesta de VoyContigo acaba de echar a andar. «Debe pasar un tiempo desde que la gente lo descubra a que realmente introduzca su viaje y participe activamente», admite. Pero algunas administraciones ya han mostrado interés en la idea y no descartan hacer algo conjunto.

«Más que darse a conocer lo difícil es saber cómo darse a conocer. Nadie enseña a hacerlo con pocos recursos. Así que con lo fácil que es crear una página web y ofrecerse, lo normal es que nos pongan a la cola», admite. No obstante, confían en lo que hacen. «Estamos contentos con la primera reacción a la iniciativa». Eso sí, añade con los pies en el suelo, «ahora toca trabajar mucho para que la gracia novedosa se convierta en un servicio útil, satisfactorio y realizado a gran escala».