Un múltiple ataque con bombas mató ayer a ocho soldados estadounidenses y convirtió el mes de octubre en el más letal para las tropas de EEUU en los ocho años que lleva la guerra. En lo que va de mes, han fallecido 53 soldados estadounidenses, según el recuento realizado por la organización icasualties.org. En agosto fallecieron 51, la mayor cifra registrada hasta este mes.

En los ataques de ayer también falleció un civil afgano que trabajaba para las tropas de la OTAN. En un breve comunicado, que no precisó la provincia en la que tuvieron lugar las explosiones, la comandancia estadounidense se limitó a decir que las víctimas fallecieron por ataques «múltiples y complejos» llevados a cabo con artefactos de fabricación casera.

El teniente coronel Todd Vician comentó que en uno de los ataques murieron siete soldados que iban en vehículos blindados. Agregó que en el mismo atentado falleció un civil afgano. El octavo estadounidense falleció en otro ataque en el sur, también cuando realizaba labores de patrullaje.

En Washington, un funcionario de Defensa indicó bajo anonimato que uno de los ataques fue seguido de un intenso tiroteo con los insurgentes.

La portavoz militar, la capitán de la Marina, Jane Campbell, dijo que estas muertes son «extremadamente difíciles para las familias así como para aquellos que sirven junto a estos valientes miembros del servicio».

El lunes, 14 miembros de las fuerzas estadounidenses perdieron la vida debido al choque de dos helicópteros en el sur afgano y la caída de un tercer aparato en la provincia occidental de Badghis. El pasado sábado, la insurgencia talibán amenazó con una campaña de atentados en contra de la segunda vuelta electoral, el 7 de noviembre