Fernando Ferández Terán, trabajador y vecino de Bilbo, de 45 años, falleció ayer a consecuencia de una caída de una veinte metros de altura, desde la quinta planta de la que será la nueva sede del Ayuntamiento de Bilbo.

Según los datos obtenidos por Osalan, alrededor de las 8.30 el trabajador se encontraba junto a otros dos compañeros subido a un andamio de mástil para colocar unas pasarelas del nuevo edificio, cuando «por motivos que se desconocen se precipitó al vacío falleciendo en el acto».

El trabajador llevaba empleado 15 días en la empresa Indusa, dedicada a la fabricación e instalaciones de ventanas de aluminio y revestimientos ligeros para fachadas. La empresa estaba subcontratada por la Unión Temporal de Empresas (UTE), creada para construir la nueva sede del ayuntamiento de Bilbo en el denominado edificio San Agustín, en la zona de la plaza Ernesto Erkoreka.

Según Osalan, que investiga el accidente, el trabajador disponía de arnés y línea de vida. CCOO indicó que se precipitó por un hueco entre el andamio y el edificio y denunció la «enorme distancia» entre ambos como causante del accidente laboral mortal de ayer.

El comité de empresa de Exbasa, contratista principal de la construcción, y el comité del Consistorio bilbaíno han convocado una concentración conjunta para hoy a mediodía en las escalinatas de la casa consistorial para denunciar esta nueva muerte en el trabajo, con la que suman ya 76 en lo que va de año en Euskal Herria.

ELA también denunció que las causas estructurales de la siniestralidad laboral «siguen sin abordarse porque tanto la Administración como a la patronal no les interesa». El sindicato destacó que la construcción, en la que cinco trabajadores han perdido la vida en el mes de octubre, es un sector donde la precariedad, la subcontratación, los altos ritmos de trabajo, la temporalidad o la falta de medidas de seguridad «están a la orden del día».

«Fracaso»

Ibon Zubiela, responsable de Salud Laboral de LAB, explicó a GARA que este accidente es «uno más de los que ocurren de manera continua en Euskal Herria, ya que tiene que ver con la cadena de subcontratación en la obra pública y con que el trabajador llevaba tan sólo quince días en la empresa».

Para Zubiela, supone «un fracaso de los mensajes que nos lanzan las administraciones públicas de que hay que reforzar la vigilancia, la seguridad y la prevención de riesgos laborales. Lo que tienen que hace es actuar y hacer menos declaraciones grandilocuentes que no tienen nada que ver con lo que ocurre en la realidad de los tajos». CCOO se concentró ayer en la plaza Arriaga de Bilbo para denunciar las últimas muertes por accidente laboral.

Allí, el responsable de Salud Laboral de la federación de Industria, Kepa González, lamentó que estas muertes «son perfectamente evitables» y señaló la falta de planificación preventiva y de una evaluación correcta de los riesgos como sus causas. Criticó que «los responsables son los empresarios por su mala organización en procurar una protección eficaz», mientras que Osalan «no cumple su papel» y «tanto el Ayuntamiento de Bilbao como la Diputación de Bizkaia, no hacen ningún tipo de gesto para proteger a los trabajadores». UGT instó a la Administración a endurecer los controles y a los empresarios a adoptar medidas específicas.

Osalan y la Inspección de Trabajo anunciaron que prevén intensificar las visitas a obra públicas «para un mejor control en materia de prevención de riesgos laborales y condiciones de trabajo».