Para ELB, las ayudas son inútiles si no se reorienta la agricultura
Sarkozy acaba de anunciar un plan para relanzar el sector agrícola que comporta ayudas financieras y medidas para regular la agricultura. Aunque las medidas «van en la buena dirección», la mayoría de los sindicatos las consideran «insuficientes». Para ELB, son incluso inútiles «si no se reorienta la política agrícola hacia una regulación real de la producción».Arantxa MANTEROLA |
La mayoría de los sindicatos agrícolas del Estado francés consideran «insuficientes» las medidas anunciadas por el presidente Nicolas Sarkozy para hacer frente a la crisis que sufre el mundo agrícola. El sindicato vasco ELB va más lejos y las califica de «inútiles si no se reorienta la política agrícola a una regulación real de la producción».
El martes Sarkozy presentó un plan que comporta ayudas financieras por un «valor global de 1.650 millones de euros» aunque, en realidad, el Estado desembolsará 530 millones de euros, entre compensacones y/o exoneraciones de diversas tasas, cotizaciones e intereses.
El resto será aportado por entidades financieras a través de préstamos a bajo interés (1,5% para los agricultores con dificultades y un 1% si se trata de jóvenes agricultores) y a quienes el Estado concederá deducciones por 60 millones de euros.
ELB, que ha tildado de «demagogia» y de «retórica hábil» la manera en la que el Jefe del Estado ha expuesto su plan, estima que las medidas anunciadas son «coyunturales» y «contradictorias» con lo que ha venido defendiendo hasta ahora.
En lo que respecta a las ayudas financieras, ELB cree que harían falta «sumas exorbitantes para compensar los daños producidos por la política liberal» que se ha aplicado en los últimos años. «La crisis de la agricultura es estructural; es el resultado de políticas anteriores, no de una catástrofe natural o de un desorden del sector por lo que las medidas deberían estar a la altura del desastre» ha manifestado el sindicato agrícola.
Escepticismo
ELB se declara escéptico respecto a lo que pueda negociar Sarkozy con sus homólogos europeos ya que sus propuestas para modernizar la agricultura y preparar la nueva PAC (regulación de mercados, protección de fronteras...) no revelan de las competencias del Estado sino de Europa.
De hecho, la Comisión europea ha manifestado ya su intención de examinar el plan de ayuda para asegurarse de que las condiciones previstas, en especial en materia de tipos de interés, no sean «contrarias a las reglas de la sana competencia en el seno de la Unión Europea».
Para ELB, el objetivo del discurso del presidente es más bien «atraer hacia sí el voto del mundo agrícola en las próximas elecciones regionales».
El principal sindicato agrícola francés, la FNSEA, se ha mostrado prudente respecto al plan de Sarkozy, si bien reconoce que «va en la buena dirección».