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En reconstrucción

Están los politicastros en temporada de demolición aparentemente controlada con la esperanza puesta en la fase posterior: la reconstrucción. Pero hay grietas que se abren en el cuerpo social que no hay plastilina, ni silicona, ni cemento armado que las tape sin que paralelamente sucedan demasiadas cosas que den un vuelco a la actual situación. Todas esas cosas que harían falta para reconstruir un nuevo espíritu democrático pasan por una demolición real del actual sistema, o sea, lo que en la antigüedad llamábamos con bastante pasión revolución. Mientras tanto acudamos al mercado de las necedades para entretenernos.

Un torero, hijo, nieto y sobrino de conspicuos franquistas, aparece en un curioso programa, “Sálvame”, después de recibir un premio por su profesión que le relaciona con el arte, lo que es bastante chocante y declara con seguridad genética que «Zapatero, como español, debería ir a los toros». Una buena manera de definir el ser español. Es decir, a ZP le van a acusar de anti-español por no ir a los toros. Y por ser confeso seguidor del Barça. Los toros como medida de todas las cosas. Así se determinaba el guiñol de Jesulín de Ubrique, cuando existía en Canal + (después Cuatro) un poco de intención crítica, todo, la bolsa, la guerra, el amor eran como un toro.

Al señor Rivera Ordóñez, se le contradijo con argumentos serios en ese curioso programa en donde se corta jamón en directo, se ven los pasillos y casi los camerinos, en donde el chismorreo y el lenguaje de mesa camilla se instaura como estilo, fue ahí, precisamente, donde se abogó por la suspensión de la llamada fiesta nacional española. Cosa extraña. Se defendió que un presidente de gobierno, vaya o no vaya a los toros, si le da la gana. Añado: los toros no es un acto institucional, aunque la familia real haya encontrado en los palcos presidenciales de las plazas de toros un lugar para exhibir su caspa.

Una reconstrucción de la vida democrática, decía, empieza por huir de los dogmas, de aplicar en todos los detalles el principio básico de la diversidad de opiniones y es urgente saber qué es público y qué es privado. Robar es siempre público.
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