GARA > Idatzia > Iritzia> Jo puntua

Floren AOIZ I www.elomendia.com

Cadenas presupuestarias

Los debates sobre los presupuestos nos ofrecen la oportunidad de ver a los partidos desnudos, sin el disfraz de su retórica hueca

Los presupuestos suponen un elemento central en la política de las instituciones. Aunque se nos presenten como cuentas, son política en estado puro, porque con estas cuentas se determinan el rumbo y los ritmos de actuación. Cuando se tratan los presupuestos, los valores, las ideas, las propuestas, las utopías y los grandes deseos chocan con la realidad; es la política práctica, en la que cada cual se ve retratado. Para algunos partidos, el curso político se divide en dos partes, una corta, en la que se pactan los presupuestos, y otra muy larga, en la que se intenta convencer a la sociedad de lo contrario a lo pactado en los presupuestos. Dicho de otro modo, un pequeño espacio en el que el juego de cada cual queda plasmado en términos muy concretos y un largo periodo para marear perdices, cantar como sirenas y lanzar anzuelos a diestro y siniestro.

Salvo sorpresas, vamos a ver en una misma cadena a PSOE, PP, UPN y PNV pese a que, supuestamente, el PSOE es socio de UPN en Navarra, donde ambos se enfrentan al PP; PP que se enfrenta a su vez al PSOE en Madrid, pero comparte alianza en Gasteiz frente al PNV; PNV que se enfrenta a PSOE, UPN y PP en Euskal Herria pero pacta con el PSOE en Madrid... Parece un folletín, una de esas comedias de enredo, pero es la triste realidad. Aunque parezca una parodia, es lo que llaman «democracia». Y todos contentos.

Contentos ellos, claro. En el fondo, más allá de estos millonetes por aquí y por allá, no les cuesta tanto ponerse de acuerdo porque todos comparten la misma política económica. Todos tienen la misma respuesta frente a la crisis. Son, en definitiva, como han denunciado una y otra vez los sindicatos no domesticados, políticas de derechas. Políticas en las que UPN, PSOE, PNV y PP no son tan diferentes.

Suelen justificar este comportamiento tan escandaloso de tirar los principios por la borda para asegurar el sillón y el cajón apuntando a su sentido práctico, y ahora, a la crisis. Si el realismo exige triturar la ideología y agarrarse a lo más prosaico, ¿por qué un segundo después de firmar estos pactos levantan de nuevo la bandera de sus valores ideológicos, empeñados en demostrarnos que nada tienen que ver con el partido o partidos con el que acaban de conchabarse para sacar adelante las cuentas? ¿Es ése, acaso, un criterio que sólo sirve en el cerrado tiempo del debate presupuestario?

Por otra parte, ¿cómo explicar en base a la crisis una manera de actuar que es la que observamos cada año? Cuando nadie hablaba de crisis, no somos tan olvidadizos, hacían lo mismo. ¿No están preocupados ELA y LAB por la crisis? ¿Quieren hacernos creer que los profesionales de la política están más sensibilizados ante la crisis que los parados o las mujeres con contratos precarios, o las víctimas de los ERE?

Los debates sobre los presupuestos nos ofrecen la oportunidad de ver a los partidos desnudos, sin el disfraz de su retórica hueca. Y en esa fotografía real, salvo sorpresas de última hora, vamos a ver en la misma cadena a UPN, PNV, PP y PSOE. Apoyándose unos a otros para que los que han provocado la crisis eludan pagar la factura.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo