Diez canteranos en diez meses a un precio razonable
Las renovaciones han supuesto un gran esfuerzo
Se ha superado lo establecido en el plan de viabilidad por renovar a todos los jugadores interesantes, hacer fichajes y tener una plantilla demasiado amplia.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La renovación de Mikel González ha sido la más importante de las diez firmadas por Jokin Aperribay a jugadores que están en el primer equipo o han trabajado con él estas dos últimas campañas. Para firmarlas en un proceso que en breve debería continuar con las renovaciones de Carlos Martínez, Zurutuza y Estrada se ha hecho un esfuerzo que ha obligado a superar los escasos siete millones que se habían recogido en mayo en el plan de viabilidad para pagar las fichas del primer equipo.
El Consejo ha estado a la altura de la economía del club y de las obligaciones que marca el mercado en las renovaciones. No puede cometer locuras porque está en Ley Concursal; ni quedarse sin los mejores jugadores, porque entonces no volverá a Primera, una necesidad económica y deportiva. La más cara, la de Mikel González, está por debajo de lo que cobraba Necati, incluso para el próximo año en el caso de que se suba a Primera. Y el jugador ha renunciado a cobrar más del doble en el Athletic. La Real no podía ofrecerle ni más ni menos.
En todos los contratos se ha recogido una cantidad inferior en Segunda y otra mayor en Primera. A Markel y Zubikarai se les ha firmado por menos de lo que les ofreció Badiola. Y aún deben renovar tres jóvenes que están entre los que menos cobran del equipo: Zurutuza, Estrada y Carlos Martínez. Los dos primeros son titulares y básicos para el futuro del club.
Los problemas
Pese a hacerlo bien en las renovaciones, hay varios problemas que motivan que se haya superado lo que establece el plan de viabilidad. El mayor son las fichas altas heredadas de años anteriores. La de Xabi Prieto es exagerada. Aunque hizo en su día un esfuerzo y siempre ha demostrado su disposición de seguir pese a su nivel, debería cobrar menos en Segunda. Aranburu y Labaka tienen contratos firmados cuando la Real estaba en Primera -la renovación del central fue automática por número de partidos- y sería bueno que ampliaran ya sus acuerdos hasta 2013 con unas condiciones más bajas en Segunda que en Primera.
La de Rivas, tercera ficha más alta, debería de haber desaparecido y, ante la falta de ofertas, al Consejo pudo incluirlo en el ERE porque su puesto está cubierto. Es una vergüenza que Behobide recibiera la baja y sea básico en el Unión por la vigésima parte cuando cubre, por lo menos igual, el mismo trabajo.
Lo mismo se puede decir de Gurrutxaga y De la Bella, cuyo contrato, como los de Bueno y Johnatan Estrada, sin ser muy alto, están muy por encima del rendimiento que ofrecen. Sólo el fichaje de Nsue y el de Lasarte y Balbi, que cobran menos que Lillo y Caneda, tienen una buena relación calidad-precio. Además, hay demasiados jugadores en el primer equipo, 24, y eso es otro hándicap económico.
Pero lo más importante de este Consejo es que ha vuelto a la línea que se debe tener con los jugadores de cantera. Los jóvenes del Sanse firman contratos largos y bajos y eso permite ir mejorándolos y ampliándolos progresivamente dos años antes de que expiren, que es lo que se debe hacer para no llegar a situaciones como las de Prieto, Castillo, Díaz de Cerio, Mikel González o Zurutuza. Jugadores de la cantera titulares no pueden llegar a su último año de contrato sin renovar.
La Real acusa en el plano contractual y económico las consecuencias del descenso y de las gestiones de los Consejos de Denon Erreala, con Bakero y Lotina, e Iñaki Badiola. Por mucho que algunos quieran culpar del descenso a la promesa incumplida de volver al espíritu de la cantera, 16 jugadores no formados en Zubieta jugaron esa temporada en la Real para poner fin a 40 campañas seguidas en Primera. De todos ellos sólo Juanito sigue en Primera y dos en la Real. De la era Bakero, la Real tiene que arrastrar aún en sus presupuestos las amortizaciones de los 3,8 millones de traspasos de Bravo y Rivas, aunque están pagados, y una ficha del manchego para este año y el siguiente muy por encima de su nivel y en un puesto muy bien cubierto por jóvenes de más calidad.
Con el club en Segunda y en grave crisis económica, Badiola gastó en un año 5,6 millones en nueve fichajes que ahora no están en el primer equipo. Sólo tres contratos de su época tienen vigencia ahora. El de Xabi Prieto, con la comisión injustificable de 700.000 euros no incluidos en los 5,6, una ficha inasumible en Segunda y cuyos derechos intentó por activa y por pasiva quedarse para él; el de Sergio, por una cantidad aceptable; y el de Morgado, un jugador que ha sido suplente de Balentziaga y Sarasola y que aún sigue en el Sanse tras comprometer a la Real a pagar 650.000 euros al Alavés por traspaso. Además, sólo renovó hasta 2010 a Jon Ansotegi días después de acabar contrato y permitió llegar libres a enero para poder negociar con otro equipo a Díaz de Cerio y a Castillo, cuando los habría renovado fácil en sus primeros meses de mandato si les ofrece bastante menos que a casi todos sus fichajes.
Carlos Martínez, cuya renovación se espera en breve; Zurutuza, que prefiere esperar pero trasmite que no habrá problemas en llegar a un acuerdo; y Estrada, con contrato hasta 2011, son las siguientes prioridades de la Real.