Algunas de las conclusiones a las que podemos llegar quienes participamos en el Foro de Debate Nacional es que debemos seguir profundizando en el análisis y en el debate porque la sociedad y la política están sujetas a cambios que demandan nuevas reflexiones y nuevas estrategias

No faltan argumentos para seguir avanzando en la reivindicación de que el pueblo vasco tiene todo el derecho de decidir y crear su propio futuro político. Los mismos acontecimientos siguen unificando nuestro discurso, ya que muchos se van sumando a la demanda de no conculcación de derechos a los vascos y vascas, además de que vamos encontrando esos puntos de unión , esos mínimos en los que podemos unir fuerzas unos y otros, no por el bien de un partido político, sino de un pueblo.

Otro punto importante es que el cinismo y descaro de la antidemocracia española ha hecho eco no sólo de manera interna, sino a través de las fronteras y continentes, ya que antes la gente no se enteraba ni de que existiera el País Vasco, y ahora, además de saberlo, comienzan a conocerse las atrocidades kafkianas del Estado español contra el pueblo vasco. Incluso hay muchos colectivos e iniciativas en nuestros países de origen denunciando la conculcación de derechos y apoyando cualquier iniciativa a favor de reclamar dichos derechos anulados.

Todos tenemos grandes motivaciones para seguir avanzando, y hay que entender que «motivación» significa mover algo internamente de nuestra conciencia, para que a partir de ahí podamos «mover» las cosas de manera externa, con convicción y fuerza, y estoy segura de que todos tenemos grandes motivaciones que nos permitirán avanzar.

Y en esta importante, difícil y bella labor de seguir analizando, debatiendo, elaborando nuestro discurso social y político, socializando y sensibilizado, denunciando y creando la realidad nacional hacemos falta todos.

Tenemos que seguir sumando fuerza desde la pluralidad, porque todos tenemos algo que aportar y para ello es importante que aceptemos que habrá diferencias, ritmos y estilos diferentes, formas de decir y hacer distintas a las acostumbradas, pero lo más importante es fortalecer los mínimos en los que estamos de acuerdo, y tener el tacto de aprovechar todas las posibilidades y todas las capacidades de la gente que está queriendo sumarse a esta lucha independentista, porque nadie está de más.

Tenemos que conseguir que la gente que no está enterada de lo que aquí pasa se entere y se sensibilice, que la gente que ya está enterada unifique argumentos y sume sus propias convicciones y motivaciones, y tenemos que conseguir sobre todo que cada uno nos impliquemos y nos comprometamos desde nuestros sitios de estudio o de trabajo, dando libertad de que uno aporte lo suyo según sus posibilidades, sin imposiciones, fanatismos, exigencias o juicios radicales, porque sabemos que la suma de conciencias individuales es el fortalecimiento de la conciencia social y ésta a la vez es la base de la soñada y necesaria construcción nacional de Euskal Herria.