La ONU se retira de las zonas tribales de Pakistán en plena ola de atentados
En plena ola de atentados que está sacudiendo todo el país, Naciones Unidas ha decidido retirar a su personal extranjero de las regiones tribales paquistaníes alegando el empeoramiento de la seguridad en esas zonas, en las que mantendrá sólo a trabajadores «vitales» para atender operaciones «de emergencia». Ayer, un atentado suicida se cobró la vida de al menos 35 personas en Rawalpindi, a las afueras de Islamabad.GARA |
Al menos 35 personas murieron ayer en Pakistán en un atentado suicida perpetrado contra clientes que hacía cola en el exterior de una entidad bancaria para cobrar sus salarios, mientras Naciones Unidas anunciaba la retirada de su personal extranjero de las zonas tribales del noroeste del país. Por la tarde, un doble atentado suicida contra un puesto de Policía hirió a siete personas en Lahore, además de causar la muerte a sus dos autores.
En un comunicado difundido ayer en Islamabad, la ONU informó de que su secretario general, Ban Ki-moon, ha declarado la fase 4 o de «emergencia» tanto en las demarcaciones tribales (FATA) como en la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) de Pakistán «teniendo en cuenta la intensa situación de inseguridad en la región».
Sólo permanecerá en esas zonas el personal internacional de la organización cuya presencia sea «vital para las operaciones de seguridad, ayuda humanitaria y de emergencia», según la orden de Ban Ki-moon, que tiene efectos «inmediatos».
Naciones Unidas ha tomado esa decisión cuando Pakistán se encuentra inmersa, desde hace un mes, en una nueva ola de atentados que no ha decrecido con la ofensiva terrestre del Ejército contra el feudo de los talibán paquistaníes, la demarcación tribal de Waziristán del Sur, en las FATA.
Atentado en Rawalpindi
Ayer mismo, Rawalpindi, a las afueras de Islamabad, fue escenario de un atentado en el que murieron al menos 35 personas, cuatro de ellas militares. Las víctimas formaban parte de una fila de clientes, entre los que había varios soldados, que espera- ba ante un banco situado en un complejo comercial que incluye un hotel de lujo y tiendas, cerca del cuartel general del Ejército, donde el mes pasado tuvo lugar un audaz ataque seguido de una toma de rehenes de más de 24 horas cometido por un comando de diez combatientes islamistas. La zona quedó cubierta de pedazos de cuerpos, sangre y vidrios rotos.
«35 personas murieron por la explosión y 60 resultaron heridas», explicó el ministro de Información, Qamar Zaman Kaira.
Según el oficial de Policía Aslam Tarin, el kamikaze llegó en moto y la hizo estallar cerca de la fila de personas que esperaba para recibir sus salarios.
«Este atentado no disminuirá nuestra determinación de erradicar y eliminar esta amenaza», afirmó el ministro de Exteriores, Shah Mehmood Qureshi.
La ONU ha perdido a once de sus trabajadores en atentados este año en Pakistán, según señalaba el comunicado de la organización supraestatal. En los dos últimos años, los numerosos ataques ocurridos en el país han causado la muerte de más de 2.400 personas.
Alrededor de 250.000 personas, de una población estimada en 300.000 personas, han huido de los distritos de Waziristán del Sur en los que el Ejército paquistaní está llevando a cabo una ofensiva militar terrestre, según fuentes militares.
El Ejército paquistaní informó ayer de la captura de la ciudad de Kanigurram, uno de los bastiones de los talibán en Waziristán del Sur, en el noroeste del país.
«Kanigurram fue completamente limpiada de terroristas», declaró el portavoz del Ejército paquistaní, el general Athar Abbas, en una conferencia de prensa ofrecida en Islamabad. «Después de una redada casa por casa -durante dos días-, limpiamos la ciudad de minas y bombar y gran cantidad de armas y municiones han sido incautadas», añadió tras calificar la captura de la ciudad como un «gran avance».
Kanigurram era considerada por el Ejército como un importante «centro de operaciones» del Movimiento Talibán de Pakistán (TTP) y una base para los combatientes islamistas de Uzbekistán.
El domingo, el general Mohammad Ihsan dijo que el Ejército provocó la huida de entre 600 y 800 combatientes extranjeros, en su mayoría uzbekos, pero también árabes y chechenos, que estaban en esa zona.
Desde el 17 de octubre, más de 30.000 soldados, apoyados por aviones de combate, helicópteros y artillería, llevan a cabo una operación destinada a derrotar a los talibanes en su bastión de Waziristán del Sur, región fronteriza con Afganistán. GARA