Belén Martínez analista social
Presuntamente
La pasada semana, un habitual del mundo de la noche -más conocido por ser el ex marido de la que fuera reina del Paralelo de Barcelona, antes de convertirse en actriz, musa e icono de un oscarizado director de cine español -fue detenido en su domicilio acusado de agresión sexual. Hasta aquí, la noticia.
Según diversos medios de comunicación, la denunciante y el denunciado se habían visto en varias ocasiones. Nos cuentan que la denunciante había acudido «incluso» al propio domicilio del famoso «de forma voluntaria». Y precisan que la «presunta» víctima no ha podido aportar pruebas médicas o forenses de lo sucedido.
Poco hemos avanzado en el debate público sobre la violencia sexista. El hecho de que una víctima acceda a la vivienda de su agresor se utiliza muchas veces para desacreditar a aquella, lo que confiere al agresor una posición de `no tan culpable', al desresponsabilizarle de sus actos, presuponiendo una cierta culpabilidad de la víctima, puesto que se la responsabiliza, en gran medida, de lo sucedido.
Por otra parte, la no existencia de pruebas médicas no significa, necesariamente, que la declaración sea falsa. Hacer hincapié en ese tipo de cuestiones -como un a priori- contribuye en gran medida a deslegitimar la «verdad» de las víctimas. Esta manera de enfocar la noticia es reveladora de una actitud cargada de prejuicios profundamente sexistas y paternalistas, ya que se sigue prestigiando un determinado rol de víctima. Que una mujer acceda a la intimidad personal de un hombre, incluido el contacto corporal, no le otorga a éste el derecho a decidir por esa mujer lo que ésta desee compartir o no con él.