Crónica | Acampada ante la pobreza en Barakaldo
«Uno de los problemas de esta crisis es que no hay a dónde ir»
Tiendas de campaña, sacos de dormir y hornillos recordaron ayer que en Barkaldo hay 6.200 parados, 2.200 más que hace un año, y que un 39% no cobra el desempleo. Además, 125 personas se alimentan gracias al Banco de Alimentos y cada semana 3 familias son desahuciadas. Muchos vuelven a casa de sus padres, porque el problema ahora es que «no hay a dónde ir».
Nerea GOTI
Colectivos sociales y sindicales de Barakaldo instalaron ayer tiendas de campaña, tendederos de ropa y hornillos para preparar comida en el kiosco de la Herriko Plaza de Barakaldo, en una improvisada acampada para denunciar la situación por la que atraviesan miles de familias en la localidad, sumidas en los efectos del paro, la precariedad y la creciente pobreza.
La iniciativa partió de colectivos sociales y sindicales que periódicamente insisten en sacar a la calle, con datos, una realidad no siempre visible. De hecho, explicaron que hasta hace poco tiempo la pobreza aparecía ligada a la inmigración o a problemas de drogodependencias, «pero ahora cualquier persona, aunque no lo parezca», puede encontrarse en un situación delicada. «Cada vez más gente que nunca hubiera creído que iba a verse en esta situación acude a Cáritas o al Banco de Alimentos porque se encuentra en una situacion límite como puede ser la falta de comida», subrayaron al respecto.
Resaltaron que ésta no es una apreciación personal sino una realidad constatada con quienes están al frente del Banco de Alimentos o Cáritas en Barakaldo, desde donde se está adelantando dinero a la gente hasta que cobren las ayudas sociales, hasta el punto de que se ha llegado a plantear la venta de patrimonio de la Iglesia para poder responder a la creciente demanda de ayudas.
En la misma concentración, J.B.S., un parado de Barakaldo de 39 años, explicó su situación. «Estoy en paro, en marzo pedí cita con los servicios sociales en Barakaldo, me concedieron cita a finales de mayo y a día de hoy mi expediente todavía está sin resolver y ya me han comentado que igual hasta enero no hay ninguna respuesta».
Según confirman los colectivos sociales, es tal la avalancha de solicitudes que el personal de los servicios sociales no da abasto y el presupuesto cada vez da para menos, con lo que los solicitantes se encuentran con un doble problema: la ayuda, si llega, lo hace tarde y a saber en qué condiciones porque los recortes no cesan. Este es el caso, según comenta J.B.S., de su madre, que pidió cita para solicitar la ayuda de emergencia social en febrero, le atendieron a mediados de marzo y ahora, aunque le han confirmado la ayuda, le comunican que no la harán efectiva hasta mediados de este mes.
Agentes sociales y sindicatos señalan que no hay grandes movilizaciones ni se observa a simple vista, «pero si profundizas hay mucha frustración y angustia».
Con respecto a otras crisis anteriores, que también han sacudido sobremanera a Barakaldo, destacan que «ahora no hay a dónde ir». «En los 80 la gente de mi generación emigró a Canarias, a la Costa del Sol...», explica J.B.S, «ahora servicios, construcción u hostelería se han ido al carajo y esa gente está volviendo». Explica que para muchos el último recurso es volver a casa de los padres, porque no pueden acceder o mantener una vivienda, otra de las diferencias con crisis precedentes, según indica. «A mi padre le pilló la reconversión, mi madre era empleda del hogar, me tuvieron a mí y aún así pagaron un piso en 12 años. Eso ahora es imposible», remarcaba.