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Juicio por la muerte de Nagore Laffage

Fiscal y acusaciones sostienen que Yllanes sabía lo que hacía

Tanto el fiscal como las cinco acusaciones del caso por la muerte de Nagore Laffage sostuvieron, durante la primera sesión del juicio, que José Diego Yllanes era plenamente consciente de lo que hacía y que éste actuó con «alevosía». Todos mantuvieron las peticiones de cárcel de entre 20 y 22 años por «asesinato», mientras que la defensa del acusado se mostró disconforme con estas peticiones pero no adelantó su calificación de los hechos.

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Iñaki VIGOR | IRUÑEA

El inicio de la vista oral del juicio por la muerte de Nagore Laffage había sido anunciado para las 11.00 de ayer en el Palacio de Justicia de Iruñea, pero desde hora y media antes numerosas personas se concentraron en el lugar para arropar a los familiares de la joven de Irun, que participaron en el acto junto a varias pancartas con lemas como «¡No es no! Justicia», «Nagore, zure oroimenez» y «Emakumeen kontrako indarkeriarik ez».

La constitución del jurado popular, integrado finalmente por seis mujeres y tres hombres, se prolongó bastante más de lo previsto y la vista oral no comenzó hasta las 14.00. La enorme expectación que había levantado este juicio quedó reflejado en el hecho de que se habían acreditado más de cuarenta medios de comunicación, superando incluso al juicio contra «El Solitario».

Entre los asistentes, uno de los comentarios más generalizados se refería al aspecto del acusado, ya que en los 16 meses que han transcurrido desde que ocurrieron los hechos no se ha publicado ni una sola fotografía reciente de José Diego Yllanes.

Nada más comenzar el juicio, el magistrado dio permiso a un fotógrafo de la agencia Efe para obtener imágenes de la sala, pero el acusado se tapó el rostro con una cartulina. Uno de los abogados de la acusación protestó por ello, pero el magistrado no la tuvo en consideración. No obstante, Yllanes pudo ser fotografiado gracias a las emisiones del circuito cerrado de televisión que se emitieron para los medios audiovisuales en una sala contigua a la del juicio.

El magistrado también dejó claro que se juzgan dos delitos: uno de asesinato y otro de profanación de cadáver, formulado este último por algunas de las acusaciones. «No es un delito de violencia de género», afirmó el magistrado, al tiempo que dejó constancia de que «se han hecho declaraciones erróneas y confusas, incluso por parte de representantes institucionales».

«Actitud violenta»

A continuación se dio lectura al escrito de calificación de los hechos elaborado a petición del Ayuntamiento de Iruñea, en el que se resumían las acusaciones provisionales contra Yllanes. Teniendo en cuenta que éste médico siquiatra ya había confesado ser autor de la muerte de Nagore Laffage, lo que el jurado popular deberá dilucidar es si actuó bajo los efectos del alcohol o si lo hizo de forma consciente. En dicho informe de calificación se recoge que las tres jóvenes que estuvieron la madrugada del día 7 de julio con Yllanes y Laffage, antes de que ambos se fueran a un piso propiedad del acusado sito en la calle Sancho Ramírez, no advirtieron signos de consumo de alcohol ni drogas en el acusado.

En dicho escrito también se recoge que el acusado mantuvo una «actitud violenta» en su piso, que Nagore Laffage consiguió hacer una llamada de 18 segundos a Sos Nafarroa para pedir ayuda y que Yllanes le causó lesiones que le desfiguraron el rostro.

El informe de los hechos añadió que, después de causarle la muerte a la joven, Yllanes pidió ayuda a su amigo Guillermo Mayner para ocultar el cadáver, y que éste optó por avisar a la Policía de lo sucedido.

A la vista de todo ello, el fiscal y las acusaciones sostienen que se trata de un caso de asesinato, por el que piden penas de entre 20 y 22 años de cárcel, además de una indemnización al padre, la madre y el hermano de la joven por importe de 150.ooo euros para cada uno de ellos.

«Ni drogas ni alcohol»

El fiscal del TSJN, Javier Muñoz, mantuvo que José Diego Yllanes actuó con «alevosía», y Miguel Alonso, abogado que representa a la familia de la joven de Irun, agregó que es «especialmente execrable» la muerte por estrangulamiento. «No había drogas, ni alcohol, ni se volvió loco. Esa actitud canallesca no es de locura, sino de intentar protegerse», manifestó.

En similares términos se expresó el abogado que representa al Ayuntamiento de Irun. «El acusado era plenamente responsable de sus actos. Ni estaba borracho ni loco. Sabía plenamente lo que hacía», resumió.

Por su parte, la representante del Instituto Navarro para la Igualdad de la Mujer señaló que aquel 7 de julio Yllanes «tenía in mente acabar el día con alguna chica en su domicilio», que fue iniciativa de él irse con Nagore Laffage al piso de Sancho Ramírez y que cuando esta joven de 19 años se negó a mantener relaciones sexuales con él, la mató. «Fue un asesinato con alevosía, un acto consciente, porque sabía lo que hacía», afirmó.

El representante del Ayuntamiento de Iruñea agregó que el amigo de Yllanes que comunicó el suceso a la Policía «nunca ha dicho que el acusado estaba borracho». El abogado que representa a las Juntas Generales de Gipuzkoa también sostuvo que el acusado «se encontraba en estado perfectamente normal» y que «actuó conscientemente y con maldad».

Por el contrario, Eduardo Ruiz de Erenchun, abogado defensor de Yllanes, expresó su «enorme tristeza» por la muerte de Nagore Laffage y constató la presencia de cientos de personas junto al Palacio de Justicia para pedir justicia, para añadir que «todo eso no debe influir en el veredicto del jurado».

Tras anunciar que va a «cuestionar muchas de las pruebas» , Erenchun aseguró que «sí había intoxicación de alcohol» por parte del acusado, y en este sentido se preguntó si «alguien se puede creer que estuvo toda la noche a botellines de agua».

«No lo recuerdo»

La sesión de la mañana finalizó a las 15.20 y se reanudó a las 17.50 con la primera prueba documental, consistente en la proyección de varios vídeos elaborados por la Policía Foral.

En uno de ellos se recogen las llamadas que la joven estudiante de Enfermería efectuó al 112 desde un móvil para pedir ayuda. Al escuchar su voz, varias amigas de Nagore Laffage presentes en la sala se emocionaron y rompieron a llorar.

En otro vídeo, de aproximadamente una hora de duración, se mostró la reconstrucción de los hechos con el propio acusado dentro del piso donde mató a Laffage. En él, Yllanes repite más de un centenar de veces la frase «No lo recuerdo» en respuesta a las preguntas que le iban haciendo sobre las circunstancias en que se produjeron los hechos. Por último, se mostró un plano del piso en tres dimensiones, con los rastros de sangre y otras evidencias recogidas por la Policía Foral.

 

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