Se aleja la posibilidad de lograr un acuerdo vinculante sobre el clima
La cumbre sobre cambio climático que concluyó ayer en Barcelona no fue capaz de despejar las dudas sobre si será posible que los diferentes países acuerden un compromiso vinculante, con cifras específicas sobre el porcentaje de emisiones dióxido de carbono que se debe reducir, antes de la cita final de Copenhague en diciembre.GARA |
Si en la conferencia sobre cambio climático organizada por la ONU para diciembre en Copenhague se quiere llegar a un acuerdo vinculante para hacer frente al calentamiento global, deberán ser los líderes de las principales potencias mundiales quienes tendrán que lograrlo realizando un último esfuerzo, ya que la cita preparatoria de Barcelona concluyó ayer de forma poco halagüeña.
Así, mientras los diálogos previos en la ciudad catalana lograban escasos avances, la ONU informó de que cuarenta jefes de Estado y de Gobierno han expresado su intención de acudir a Copenhague «para celebrar el éxito». Yvo de Boer, responsable de Naciones Unidas en la lucha contra el cambio climático, señaló en Barcelona que su presencia en la cumbre que se realizará entre el 7 y el 18 de diciem- bre podría dar un impulso a la reunión y ayudar a superar las diferencias. No obstante, el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, se mostró indeciso sobre si invitar a líderes mundiales a la cita de diciembre, de la que debería salir un acuerdo protocolo heredero Kioto.
De Boer quiso lanzar cierto mensaje de optimismo para romper el desánimo existente entre los participantes en la cita de Barcelona y recalcó que todavía se puede alcanzar un gran acuerdo en Copenhague, aunque admitió que no será un tratado internacional que se pueda ratificar en la capital danesa, sino que requerirá más tiempo.
Los países en vías de desarrollo acusaron en Barcelona a los estados ricos de reducir las expectativas al sugerir tiempo adicional de hasta un año para afinar los detalles. Además, pidie- ron alcanzar un acuerdo que sea legalmente vinculante, una cuestión que también defiende la Unión Europea, que confía en que se logre dentro de entre tres y seis meses.
Los encuentros preparatorios lograron poco progreso y reabrieron la disputa entre países ricos y pobres por la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, generaron nuevas críticas hacia EEUU por no presentar una propuesta concreta para reducir sus índices de dióxido de carbono como parte de un esfuerzo mundial que busca evitar inundaciones, incendios, extinciones de especies animales y aumento del nivel del mar.
Compromiso
«Creo que EEUU puede comprometerse a una cifra en Copenhague», indicó De Boer. Quizá en Copenhague, pero en Barcelona, el jefe de los negociadores estadounidenses, Johnatan Pershing, eludió ofrecer alguna cifra, escudado en la imposibilidad de hacerlo hasta que su país apruebe una legislación nacional, a pesar del clamor unánime al respecto.
Aún así, dijo que EEUU está «comprometido» con la necesidad de recortar las emisiones y reiteró que su intención es entrar en un acuerdo global que implique a todo el planeta. Explicó que su país «no aceptará un acuerdo vinculante que no obligue también a los países en vías de desarrollo», aunque se mostró dispuesto a ayudar tecnológicamente a aquellos estados que así lo requieran.
Los representantes de varios estados africanos encuadrados en el grupo G-77 (que integra a países en vías de desarrollo, incluidos Brasil y China) boicotearon el inicio de algunas reuniones para denunciar que la acción planteada para hacer frente al cambio climático es «insuficiente». Además, precisaron que muchas personas ya están muriendo a consecuencia del calentamiento global y recordaron que lo que está en juego en Copenhague es el destino de sus pueblos y también su capacidad de desarrollo futuro.
De Boer manifestó que Copenhague debería establecer metas de emisiones de gases invernadero para 2020 al menos para las naciones ricas y acordar acciones para que los países en desarrollo retrasen el aumento de sus emisiones, además de conseguir la financiación necesaria y establecer mecanismos de control.
Pero al margen de las declaraciones de intenciones, el hipotético acuerdo climático que se alcance en Copenhague se vislumbra como una declaración política con una serie de anexos que sería «políticamente pero no jurídicamente vinculante» e iría acompañada de las metas de los diferentes países y el compromiso de convertirla posteriormente en un tratado, estimaron ayer varios delegados en la reunión de Barcelona. Los compromisos de reducción de emisiones de los países industrializados en el horizonte de 2020 figurarían «país por país» y no en la forma de una meta global. «Ya no tenemos tiempo para llegar a una cifra única», consideraron fuentes francesas.
El G-77, que agrupa a 130 países en vías de desarrollo, consideró «inaceptable» la falta de avances y de compromisos de los estados industrializados en las negociaciones preparatorias de la cumbre de Copenhague, celebradas en Barcelona.
La superficie del lago Dongting, el segundo de agua dulce más grande de China, se ha reducido casi dos tercios en sólo un mes, un hecho que puede atribuirse a la prolongada sequía. El área cubierta por agua del Dongting, ubicado entre las provincias de Hubei y Hunan, en el centro de China, medía 537,84 kilómetros cuadrados a mediados de octubre, el 40% de lo que abarcaba en setiembre. La escasez de agua ha sido atribuida a la sequía que afecta la región, donde la media de precipitaciones ha caído un 50%, y en algunas áreas hasta un 90%. La superficie del lago ha registrado una disminución anual de menos del 1%, o 16 kilómetros cuadrados, desde 2001, y la disminución de superficie del lago en el último mes ha sido la peor del último siglo.
Además del cambio climático, el proyecto hidráulico en las Tres Gargantas, que se sitúa en el curso superior de la cuenca del lago, podría ser otra de las razones de la drástica caída en el nivel de agua del Dongting.
En Hubei, antes conocida como «la provincia de los mil lagos», la superficie cubierta por estas masas de agua ha disminuido un 66% desde la década de los 50. China cuenta con más de 24.800 lagos naturales, pero cada año desaparecen alrededor de 20. GARA