Secuestro del «Alakrana»
A la espera de la seguridad privada
Mientras la inquietud en torno al «Alakrana» aumenta, el resto de atuneros que operan en el Índico bajo pabellón español esperan en las Islas Seychelles para salir a faenar con seguridad privada, con la que esperan mejorar su actividad. Los armadores señalan que se dirigen lejos de Somalia, pero que el radio de acción de los piratas también se extiende.
Nerea GOTI
Cuando el «Alarkana» lleva 37 días apresado frente a las costas de Somalia y su situación se complica con las amenazas de los secuestradores, el resto de la flota atunera que faena bajo pabellón español peremanece amarrada en puerto, en las islas Seychelles, mientras los que lo hacen con otras banderas, como la de las propias Seychelles, siguen trabajando con protección privada. De hecho, uno de ellos, el «Artza», repelió el pasado 30 de octubre un intento de secuestro con varios disparos. Un día antes ocurrió lo mismo con el «Iria Flavia», con base en Bermeo.
El resto son el «Intertuna I», «Intertuna II» e «Intertuna III», de la empresa Albacora; «Txori Aundi» de la compañía Pevaeche (propietaria del Playa de Bakio secuestrado en abril de 2008) y los buques «Erroxape», «Demiku» y «Xixili» de Echevaster, propietario también del «Alakrana». La decena de buques amarrados en puerto esperan, por su parte, el trámite de autorización del Ministerio español de Interior y Defensa sobre el servicio de seguridad privada.
Según explica el director adjunto de la asociación de armadores, Anabac, Juan Pablo Rodríguez Sahagún, la actividad de los grupos de piratas que actúan desde Somlaia «está aumentando de manera alarmante» a pesar de las iniciativas de diversos estados. En su opinión, el número de efectivos de protección desplegados es muy reducido para una zona tan extensa, lo que ha hecho que estados como el francés habiliten medidas excepcionales, embarcando soldados u otro tipo de medidas de seguridad armada. Los ataques no sólo se dirigen a los pesqueros sino también a los mercantes que transitan por esas aguas, como el caso del de carbón chino «De Xin Hai», que se encuentra secuestrado. Según Rodríguez Sahagún, las flotas que ya han incorporado seguridad privada la ven de forma positiva. «De hecho, los marineros franceses eran muy reacios al principio, y al final han aplaudido la medida; en los buques de bandera de Seychelles la medida también se ha visto como muy tranquilizadora».
Pero la actividad ya lleva años acusando esta situación. A la falta de capturas se añade «la sensación de impotencia e inseguridad ante los ataques de los piratas que obligan a los atuneros a escapar de las zonas de pesca no somalíes sino de las aguas internacionales y de las aguas de las Seychelles donde venimos faenando desde 1985», indica el director adjunto de Anabac. Explica que existe una prohibición expresa de pescar en aguas de Somalia, pero «el radio de acción de los piratas se ha extendido hasta las 900 millas o más de sus costas».
Lejos de Somalia
Muchos de los piratas son antiguos pescadores que han visto en estas acciones una forma de superviviencia, según el Gobierno somalí. Algunas ONG recuerdan que los países ricos se han dedicado a esquilmar los recursos de este país, incluso con pesca ilegal o que han convertido Somalia en vertedero de sus residuos tóxicos.
Pero Rodríguez Sahagún insiste en que los piratas no actúan en aguas somalíes sino incluso a 900 millas de la costa, «poniendo en graves problemas» a los propios países de la zona como Seychelles, que dependen de la industria atunera europea y de las importaciones que llegan desde los buques mercantes, «que ahora evitan esas aguas a toda costa». El representante de los armadores señala que «incluso han atacado buques con escolta que llevan ayuda alimentaria del Programa de Naciones Unidas de la ONU hacia Somalia». También afirma que entre los arrantzales existe gran preocupación entre los arrantzales a la hora de embarcar por lo que está pasando y por lo que pueda suceder en el futuro, «puesto nuestros atuneros han sido el medio de vida de mucha gente».
Respecto al «Alakrana», espera que el Gobierno español «ponga todos los medios humanos y materiales para resolver el secuestro sin mayor dilación». Ayer las asociaciones de armadoras Anabac y Opagac reclamaron al Estado que articule salidas como la de enviar a los dos piratas detenidos a Somalia o Kenia, donde existe «un convenio de cooperación judicial para casos de piratería suscrito por la UE».