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«La medicina basada en la evidencia ayuda a tomar la mejor decisión para médico y paciente»

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Rafael Rotaeche
Médico de familia
Médico en el centro de salud de Altza, ha coordinado las jornadas sobre aplicación clínica del conocimiento científico en la toma de decisiones de Atención Primaria, en las que ha colaborado la Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria (Osatzen).

Joseba VIVANCO |

Nunca antes los médicos habían tenido un acceso más fácil e inmediato al último hallazgo científico como ahora. Pero también eso conlleva a un exceso de información.

Hoy disponen de más acceso a información que nunca gracias a las nuevas tecnologías. ¿Demasiada información?

Existe una auténtica explosión de las publicaciones médicas. La base de datos más extendida en ciencias de la salud, Medline, contiene 18 millones de referencias y esto supone sólo el 25% de lo que se publica.

¿Y demasiada paja?

Existe mucha información redundante. Hace unos años, Richard Smith, editor de una de las principales revistas médicas, ``British Medical Journal'', aseguraba que sólo el 10% de lo que se publica realmente es de interés para los profesionales sanitarios. Y sin embargo, aunque es mucho lo que se publica, existen temas necesitados de investigación. Desconocemos, por ejemplo, cuál es la mejor forma para conseguir que los pacientes sigan los consejos sobre hábitos de vida saludables.

¿Y cómo diferencian ustedes el grano de tanta paja?

Los profesionales sanitarios puede aprender a leer de forma crítica los artículos científicos. Sólo que hasta hace poco, esta disciplina que llamamos «lectura crítica de la literatura médica» apenas se enseñaba en las facultades de medicina y tampoco en la formación MIR. Pero con el desarrollo de la epidemiología clínica, primero, y el movimiento de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE), después, esta realidad ha cambiado y los profesionales de medicina o de enfermería pueden acceder a esta formación. Por otra parte, el desarrollo de la MBE ha propiciado la aparición de nuevos recursos que filtran y resumen la mejor investigación original y nos facilitan la labor de diferenciar el grano de la paja.

Pero lo mismo que ustedes disponen de toda esa información, también sus pacientes van a la consulta más informados. ¿Correctamente informados?

Uno de los servicios más usados en Internet es la búsqueda de información sobre la salud. Existen excelentes páginas para pacientes, pero también muchos otros recursos con información no contrastada o incluso errónea. Hay que huir de estos últimos recursos. En muchas ocasiones, los pacientes acuden con información que han encontrado en la Red que, aún siendo de calidad, no está redactada en términos comprensibles para un usuario no profesional. Nuestro reto es recomendar páginas útiles y de calidad para pacientes o, si no existen, contribuir a crearlas.

¿Las series televisivas de médicos, tan de moda, ayudan o les hacen a ustedes un flaco favor?

No creo que representen la realidad. Da la impresión que los servicios de Urgencias están las 24 horas del día con urgencias vitales y catástrofes... Los casos que describe una serie como «House» son muy raros; representa la antítesis de lo que debe ser la cascada lógica en la toma de decisiones tanto diagnósticas como terapéuticas y cualquier gerente de hospital despediría a sus médicos si utilizaran de esa forma las pruebas diagnósticas y la tecnología.

¿Pero tienen ustedes la impresión de que con tanta información, hoy la palabra del médico se cuestiona mucho?

El mayor conocimiento del paciente sobre asuntos médicos tendría que tener un efecto positivo para todos. Pero no es que se cuestione la palabra del médico, lo que tenemos que conseguir es una toma de decisiones compartida. Hay que tener en cuenta que cualquier intervención sanitaria puede tener efectos beneficiosos pero también tiene riesgos e inconvenientes. El paciente tiene que conocer los beneficios y los riesgos.

Para afinar, sobre todo en esas decisiones, nació esa herramienta llamada Medicina Basada en la Evidencia. ¿Qué es?

La MBE es un movimiento que surgió hace casi veinte años en Canadá y en Gran Bretaña. El servicio de epidemiología clínica del Hospital Donostia fue uno de los primeros en difundir la MBE en nuestro medio. Básicamente, propone una práctica clínica basada en la integración de los resultados derivados de la mejor investigación, con la experiencia clínica del médico y los valores y preferencias de los pacientes.

¿Y qué aceptación tiene entre la clase médica?

En general, identifican a la MBE con el rigor en la práctica y el cuestionamiento de las verdades absolutas. El problema que le ven es que les resulta complejo aprender a localizar de forma rápida los estudios y a interpretarlos. Muchos ven en la MBE una herramienta que proporciona independencia en la toma de decisiones ante la presión de algunos intereses, como la industria farmacéutica, y de la subjetividad de expertos que se basan sólo en su opinión para tomar decisiones, sin tener en cuenta si existen o no, pruebas sólidas. Lo importante es ver en la MBE una herramienta que les ayudará a ellos y sus pacientes a tomar las mejores decisiones.

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«Existe una auténtica explosión de publicaciones médicas y mucha información redundante, pero hay herramientas para diferenciar el grano de la paja»

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