Después de dos semanas de dilaciones y un enconado pulso interno, el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores del Parlamento iraní, Alaeddin Boroujerdi, anunció ayer que Irán ha descartado el acuerdo para ceder su uranio y que éste sea procesado en el exterior.

Las palabras de Boroujerdi, un importante representante de la sección conservadora del régimen, no puede calificarse de respuesta oficial, sirven de preámbulo y colocan a la comunidad internacional ante otra encrucijada, obligada a responder de nuevo al desafío iraní. Se unen, además, a las pronunciadas el viernes en el mismo sentido por el ayatolah Ahmad Jatami durante el sermón oficial y que, según los analistas, es la misma que mantiene el líder supremo, Ali Jamenei.

«No hay planes para enviar nada de los 1.200 kilogramos de uranio (poco enriquecido) iraní a un tercer país para recibir el combustible. Esto ya ha sido descartado, ya sea de forma gradual o de una vez», aseguró Boroujerdi a la agencia ISNA.

«En la actualidad, el representante iraní en la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Ali Asghar Sultaniye, negocia para buscar soluciones al asunto... Nuestros expertos están estudiando cómo obtener el combustible y solucionar el proble- ma», agregó.

En el mismo sentido se expresó otro diputado conservador, Hossein Naghavi Hosseini, quien señaló que «no éramos contrarios a esa idea, pero durante las negociaciones no se ha generado la confianza necesaria y, por lo tanto, la respuesta de la República Islámica es negativa».

Irán insiste en que necesita ese material para mantener en activo a partir de 2010 el reactor nuclear de investigación médica que tiene en Teherán y reitera que bajo el Tratado de No Proliferación, la AIEA está obligada a proporcionárselo.

La comunidad internacional reconoce ese derecho, pero quiere garantías de que el combustible no va a ser desviado a usos no pacíficos, lo que la República Islámica ha asegurado en repetidas ocasiones.

La decisión, de ser ratificada, supone un revés para EEUU, Rusia y el Estado francés, que el pasado 21 de octubre dieron el visto bueno a la propuesta de acuerdo de la AIEA. Ésta sugería el envío al exterior del para que el uranio iraní fuera enriquecido en el exterior a cambio de que la República Islámica recibiera el combustible que necesita.

El discurso televisivo previsto para ayer por la noche del presidente, Mahmud Ahmadineyad, quedó aplazado.

La falta de respuesta oficial está molestando a los gobiernos de las grandes potencias. París y Washington advirtieron de que esta propuesta es definitiva y de que no se admitirán cambios.

A principioss de semana, el director general de la AIEA, Mohamed el-Baradei, instó a Teherán a responder con celeridad.

El ministro iraní de Exteriores, Manucher Mottaki, indicó que Irán quiere continuar las negociaciones. «Tenemos tres opciones: enriquecer el uranio al 20% y producir combustible en Irán; comprar en el extranjero, o intercambiar el uranio enriquecido al 3,5% por combustible enriquecido al 20%», indicó.