Liguilla de semifinales del Cuatro y Medio
Gonzalez propina a Irujo el tirón de orejas más doloroso
El de Azkaine cobró ventaja de inicio y luego supo manejar el marcador hasta la conclusión del choque.
IRUJO 19
GONZALEZ 22
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Depués de haber cumplido 28 años esta misma semana, no ha tardado en llegarle a Irujo el tirón de orejas más doloroso. Fue, eso sí, en una acepción muy diferente a la referida para felicitar los aniversarios.
Y es que, aprovechando las coincidencias idiomáticas que nos ofrecen las expresiones, Gonzalez le dio al de Ibero el primer toque de atención del campeonato; el primer aviso de que, si te despistas, no duras medio asalto sobre la cancha. No es la primera vez que sucede, ni será la última. Un pelotari que no parte como favorito abre pronto una brecha en el marcador, y el gran favorito entra en un bloqueo que no le permite mostrar su mejor juego. Eso fue lo que sucedió en el frontón Aritzbatalde de Zarautz.
El primer tanto mostró ya lo que venía por delante: velocidad, remates, aciertos, y también errores. Y es que conocer la identidad de los contendientes en el partido era garantía de, cuanto menos, diversión.
El de Azkaine salió con el semblante serio, dispuesto a mostrar a todos que sigue siendo dueño de su mejor versión, y con la clara intención de ponerle las cosas difíciles a su contrincante. Un fulgurante inicio, en el que hizo una espectacular demostración de recursos, le valió para colocarse 1-7 en el marcador. Un nudo se hizo en el cuello de algún apostador.
Si existe en el mundo un jugador más parecido a Irujo, ése es Gonzalez. Y, por ende, si hay un jugador que sabe cómo jugarle al de Ibero, ése es el lapurtarra. Claro que esa teoría también se cumple a la inversa. El partido entró entonces en una segunda fase, en la que primaba llevar la iniciativa. Tanto uno como el otro no dudaron en entrar al aire con tal de llevar la batuta. Irujo se rehizo de su mal inicio de partido, y logró ponerse a un punto del zurdo: 9-10.
Controlando el ritmo
Parecía que la omnipresencia defensiva del de Ibero, unida a su agresividad rematadora, serían suficientes para dar la vuelta al partido, y dejarlo con un resultado más lógico. Pero Gonzalez siguió a lo suyo. No se descentró lo más mínimo y supo qué hacer en cada momento. Paró cuando quiso el ritmo y también acelerarlo. Todo lo contrario que Irujo, quien no logró canalizar su energía.
Hizo un par de hermosos tantos, se puso a otro punto de Sebas, pero un inexplicable error volvió a darle la iniciativa a su rival. Y el esquema se repitió. Gonzalez, con todo de cara, se colocó con un 16-20 a favor.
Irujo entró en trance. El carácter le salió desde las entrañas, y tres soberbios pelotazos le volvieron a acercar a un punto. Pero volvió a descolocarse en defensa, y con una dos paredes para enmarcar, Gonzalez encarriló el partido.