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«La naturaleza es lo que más me despierta y me emociona»

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Isabel DÓEZ SAN VICENTE

Fotógrafa de naturaleza

Anartz BILBAO | BILBO

La presentación de la exposición «Al filo de las mareas» que el certamen Bilbo Argazki presentó el pasado viernes, y que viene acompañada del libro que la colección Fotógrafos Vascos, en su tercer tomo (tras los dedicados a Carlos Canovas y Gorka Salmerón) ha dedicado a la fotógrafa de naturaleza Isabel Díez, presenta unas imágenes de colores imposibles y formas fascinantes que la autora, sacando a relucir su meticulosidad y perfeccionismo en el trabajo y su pasión por la fotografía y la naturaleza, explicó ante una sala abarrotada y una audiencia que le hizo firmar y dedicar libros como si fuera una estrella del cine. La exposición y el libro así lo merecen, por lo que hablamos de ello con la artista.

Con «Al filo de las mareas», ha publicado tu primera colección de fotografías.

Estoy muy muy contenta, porque ver un trabajo al que has dedicado tanto tiempo, esfuerzo y cariño reunido en forma de libro impreso es muy emocionante.

De todos los trabajos realizados, ¿por qué decidió publicar el dedicado a la costa y al mar?

Trabajo con diferentes temas y elegí este porque de todos los que he realizado es el más maduro -y el más constante, pues los otros son más temporales-, el que más representa mis inquietudes y mi manera de obtener la fotografía de naturaleza, además de al que más tiempo he dedicado y el primero que comencé, en el 2004.

Pero... el mar le seduce o fascina especialmente.

La naturaleza me trasmite unas cosas muy positivas y me aporta muchísimo. Me gustan los desiertos, me gusta el mar, me gustan las montañas... Si tuviera que elegir un espacio en el que me sienta especialmente bien y emocionada, es el mar, al lado del que he estado desde pequeñita.

Y lo ha fotografiado de costa a costa...

Es un trabajo realizado desde el 2004 al 2009 en todo el norte de la península Ibérica. Especialmente en la Costa da Morte (Galiza), en todo el litoral asturiano -me gusta muchísimo la costa de Asturias-, un poquito menos en Cantabria, aunque también presento fotos de la costa cántabra, y por supuesto, de nuestra costa, de Euskal Herria.

¿Cuál es el punto de partida de «Al filo de las mareas»?

Cuando comencé a preparar este proyecto quería hacer un trabajo diverso, que mostrara diferentes facetas de la costa. Presentar mi punto de vista, mi mundo imaginario de la costa, porque de cómo es la costa a cómo se ve en el libro hay una diferencia.

Una costa de ensueño.

La costa tiene muchos lugares y muchas maneras de expresarse y yo, en realidad, lo que fotografío es una costa imaginaria, la costa de mis sueños -lo que todo fotógrafo hace-. Al seleccionar lo que te llama la atención, el lugar, el momento, la luz... al final lo que construyes es tu mundo, pues la elección depende de nuestra propia experiencia, de nuestros gustos personales y de nuestras inquietudes.

Un imaginario de llamativas formas y colores.

Al principio me pregunté, qué es lo que quieres fotografiar de la costa, cuáles son sus protagonistas: la arena, el agua, las rocas y las algas. Entonces, dentro de cada uno de estos elementos empecé a gestar ideas. Una era trabajar la plasticidad de la arena, otro trabajar el ritmo visual de la saturación de las rocas... ideas diferentes que a mí se me venían a la cabeza.

Un trabajo que le exigirá largas excursiones.

Hay muchas más horas de caminar y de mirar que de hacer fotografías, y a veces resulta frustrante, cuando no realizas ningún descubrimiento te desanimas, pero cuando aparece algo, te da tanta energía que lo compensa todo.

Tiene su especialización en la fotografía de naturaleza.

Solamente hago fotografías de naturaleza y paisaje natural. El primer paso de un proceso creativo es que te emocione. Cuando un sujeto te emociona surge la necesidad de querer capturar una imagen. Y de todo lo que conozco lo que más me despierta y emociona es la naturaleza.

Una naturaleza que trata de plasmar sin sufrir ninguna transformación.

Es una reivindicación. El ser humano es bastante irrespetuoso con la naturaleza, le generamos muchísimo perjuicio y, de alguna manera, el fotografiar la naturaleza bien conservada es una manera de transmitir los valores de estos espacios naturales, la belleza que tienen y lo que nos pueden transmitir de forma positiva. Quizá este tipo de imágenes pueda conseguir que la gente ame la naturaleza y desee conservarla. Por lo tanto, son imágenes que tienen un componente reivindicativo. aunque puedan parecer simplemente bellas. Reivindico la naturaleza en un estado conservado al margen de la presencia del ser humano.

Y sin huella humana.

Nunca incluyo figuras o huella humana, porque es muy típico en la fotografía reflejar de alguna manera al ser humano. Es como si la fotografía no tuviera sentido sin él, y creo que la naturaleza tiene sentido al margen de la presencia humana.

¿Cuál es el elemento más importante para un fotógrafo?

Lo más importante es que te emociones. Lo demás, la paciencia, el aprender a componer, conocer la técnica, buscar los mejores momentos... es importante, pero viene después, va surgiendo. Lo principal es que lo que fotografías te provoque sentimientos, te haga sentir algo especial.

¿Debe tener el fotógrafo una sensibilidad especial?

No sabría contestarte. Creo que hay unas personas que tienen un don para ver más allá de lo obvio o para comunicarse a través de la fotografía de una manera más personal, pero es difícil, me costaría saber quien tiene esa sensibilidad y quien no. Es una pregunta difícil.

«Cuando descubro algo fascinante o peculiar, estudio cómo se transforma»

En un proceso más reflexivo que impulsivo, Isabel Díez realiza un guión de los trabajos a estudio, con el fin de rentabilizar el proceso artístico.

¿Realiza guiones previos de sus trabajos?

Una vez tengo una idea de lo que quiero fotografiar la siguiente etapa es la observación. Muchas veces me voy a la costa sin cámara. Camino y camino y me dedico a observar. Suelo hacerme esquemas de lo que voy encontrando, de cosas que puedan ser interesantes, y en esa etapa de observación de repente me encuentro con algo que tiene interés, a lo que yo llamo un descubrimiento.

Descubrimientos que captura con la cámara.

Cuando descubro algo fascinante o peculiar, estudio cómo se transforma en diferentes momentos: a la mañana, a la tarde, con agua y sin agua, si está mojada o no, con una luz u otra... Desarrollo apuntes de cuáles son las cualidades de esos objetos y con qué composiciones realzarlas. Tras estudiar el objeto trabajo en las composiciones durante mucho tiempo. Realizo series largas de un mismo objeto y al final de la serie escojo unas pocas fotos.

Un trabajo reflexivo y exhaustivo

En definitiva, no es más que profundizar. En vez de ir con la cámara y hacer fotografías de forma aislada a medida que las cosas me llamen la atención, estructuro un poco más el trabajo.

Una profundización que rentabiliza el resultado

Para el proceso creativo es fructífero porque el obligarte a estudiar las cosas, intentar ir más allá, logra que no te conformes con lo primero que has visto, y ese ejercicio de intentar ver lo que fotografiamos de otra manera, ese esfuerzo de ver algo diferente es una manera de avanzar. A. B.

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