Cinco años sin Arafat, cinco años a la deriva
El pueblo palestino atraviesa uno de los peores momentos de su historia reciente. Mientras Israel mantiene un férreo y violento control sobre todo el territorio, con el objetivo de asfixiar las legítimas aspiraciones nacionales, la división separa y enfrenta a los gobiernos de Gaza y Cisjordania. Esta situación hace que regrese a la memoria la figura de Yasir Arafat, muerto hace cinco años. A pesar de las sombras que cubrieron la parte final de su gestión al frente de la Autoridad Palestina y de las cesiones que le llevaron a firmar los funestos acuerdos de Oslo, el que fuera conocido entre los suyos como Abu Ammar es hoy recordado con nostalgia por los palestinos. Abu Ammar fue y sigue siendo el principal símbolo de la lucha por los derechos como pueblo de Palestina. Su muerte abrió un periodo de inestabilidad en el liderazgo que se ha trasladado hasta hoy.
Al-Fatah, el partido que liderara Arafat, se enfrenta ahora a una profunda crisis. Si el pasado verano su Congreso decidía la continuidad de Mahmud Abbas al frente de la Autoridad Palestina, sólo tres meses después ve cómo éste anuncia que no se presentará a la reelección, creando así una crisis de liderazgo sin precedentes. Tras la desaparición de Arafat, cinco años de deriva deben ser suficientes. Es tiempo de abrir un serio debate sobre qué tipo de líder necesita el pueblo palestino para lograr levantar la cabeza.