MAROUSSI 86

CAJA LABORAL BASKONIA 103

Arnaitz GORRITI

Ganó el Caja Laboral Baskonia ante un Maroussi que nunca dio muestras de fiereza y el nuevo fichaje gasteiztarra, Sean Singletary, debutó y jugó lo suficiente como para decir que participó. Un entrenamiento de calidad con poco público y con la única tensión de unos gritos de Ivanovic que hasta los micrófonos de ambiente registraban.

Pese a la evidente calidad de Billy Keys y la entrega de jugadores como Mavroeidis o Kaimakoglou -perdieron al pívot Kendall por una lesión de tobillo-, los alaveses se impusieron sin apretar el acelerador a fondo, ni mucho menos. Bastó con varios minutos de defensa y el acierto en el tiro de San Emeterio, y eso que su esguince limitó sus minutos, para abrir una brecha «sanitaria». A la defensa helena le faltaba intensidad y al ataque gasteiztarra le sobraba puntería, sobre todo desde más allá de los 6,25 metros, puesto que clavaron hasta ¡14! triples de 22 intentos. ¡Más de un 60% de efectividad!

El único pero estaba en el rebote, ya que los locales buscaban con afán los segundos esfuerzos ante unos hombres altos del Baskonia que dejaron hacer demasiado.

Tras el 16-27 del primer período, el partido se convirtió en un concurso de triples. El Maroussi pudo agarrarse a la excesiva relajación vasca, con graves errores de concentración de gente como Ribas, que tuvo una merecida ración de banquillo.

Mientras, debutaba Singletary. El estadounidense mostró inteligencia y disciplinada predisposición. De hecho, se complicó poco la vida y conectó bien con un English más inspirado que otros días. A la actuación del canadiense hay que sumarle un Micov siempre intenso -ha recibido la oferta de Kerejeta de renovar por otro mes- y Barac, que pese a que los árbitros lo tienen crucificado, parece haberse hecho sitio en la rotación de Ivanovic.

Triples y defensa

A diferencia de otros partidos, el tercer cuarto baskonista no fue nada malo. Ribas se puso las pilas, sus compañeros apretaron atrás, y en la faceta ofensiva mostraron un tino desde el lanzamiento triple que desquició al Maroussi.

El problema venía de las faltas de Splitter y Barac: el brasileño sumó la cuarta en este tercer período mientras el croata cayó eliminado, y es que la habitual permisividad de la Euroliga ayer se transformó en su némesis: un concierto de silbato a mayor honra y gloria de los quisquillosos. Y, en honor a la verdad, hay que reconocerle al trío arbitral que ejerció la labor de contrafuerte con decencia, ya que de lo contrario quizá hasta los poco más de dos mil aficionados que «poblaron» el pabellón OAKA hubiesen decidido salir antes de la hora, por pura desesperación.

Ya estaba bien de jugar andando, de modo que con el último cuarto, los gasteiztarras sacaron lo mejor de su repertorio ofensivo y el Maroussi no tardó en bajar los brazos. Su poca defensa se hizo aún más patente y los Eliyahu, Ribas y English lucieron sobremanera con huecos de varios carriles. Hasta el propio Singletary logró estrenar su cuenta anotadora con el Caja Laboral Baskonia con dos puntos en un tiro de media distancia.

Con la centena de puntos ya en el zurrón, los hombres de Ivanovic levantaron el pie del acelerador y los helenos pudieron maquillar el resultado hasta el 86-103 final.