Campaña vecinal para defender los últimos parajes naturales de Barakaldo
A pesar de que los responsables municipales hacen oídos sordos a sus propuestas, la plataforma ecologista Barakaldo Naturala está empeñada en la defensa de los últimos espacios naturales de la localidad, como la cordillera de Sasiburu, Argalario, el valle del Regato, Gorostiza o el río Castaños.
Agustín GOIKOETXEA
Desde junio, aunque la plataforma se creó en marzo de 2008, Barakaldo Naturala viene organizando salidas a puntos del municipio como el monte Argalario, el barranco de Agirtza o los kars de Apuko, también conocidos como Peñas Blancas, para que los vecinos y quienes lo deseen sepan que Barakaldo es más que su núcleo urbano y las numerosas superficies comerciales que la pueblan. Pero su actividad no sólo se limita a estas marchas divulgativas, también viene reclamando a los responsables municipales que se articulen medidas para preservar los últimos espacios naturales.
Esta plataforma que agrupa a agentes políticos y sociales parte de la base de que, en los dos últimos siglos, Barakaldo, al igual que el resto de localidades de Ezkerraldea y Meatzeta, ha sufrido un deterioro ecológico y urbanístico importante, producto de la industrialización intensiva. A partir de la reconversión industrial, en términos medioambientales, fueron muchos los que creyeron que llegaba el momento de recuperar espacios naturales; sin embargo, explican desde la iniciativa ciudadana, «la nueva orientación económica basada en el sector servicios, la especulación urbanística y la obra pública como impulsor de la economía han provocado el efecto contrario».
Además de los espacios desocupados por la industria desmantelada también los últimos parajes naturales de Barakaldo «están siendo invadidos por urbanizaciones de chalés, autovías y nuevas redes ferroviarias innecesarias y amenazas de canteras».
Chalés en la llanura de inundación
Su última denuncia pública ha sido que el Ayuntamiento gobernado por el PSE permite la construcción de 200 viviendas, la mitad de lujo, en la llanura de inundación del río Castaños, en Gorostiza, lo que entienden es «un ataque a los recursos naturales».
No es la primera vez en que la plataforma ecologista fija su atención sobre la construcción «masiva y especulativa» en lo que ha sido hasta hace pocos años el barrio rural de Gorostiza. La aprobación por parte del Consistorio baracaldés del Plan Parcial de Suelo Urbanizable y del Plan Especial de Reordenación Interno (PERI) ha sido la que ha permitido la edificación, en un espacio reducido, de más de 200 viviendas, de las que casi la mitad son chalés.
En julio comenzaron las obras que, tal y como denuncia Barakaldo Naturala, avanzan a «una velocidad vertiginosa». Los ecologistas censuran que el hormigón cubre ya «el suelo más fértil del municipio» y que los trabajos se desarrollan a escasos 30 metros del río Castaños, hábitat natural del pez espinoso. Esta especie está protegida por la Diputación vizcaina. «Está claro que este proyecto no es compatible con la conservación del pez espinoso», apuntan,
La plataforma ciudadana advierte a los posibles compradores de los chalés de lujo -cuyo precio ronda el medio millón de euros-, que éstos se están levantando «encima de la llanura de inundación» del Castaños. «En caso de que haya un periodo de lluvias intensas, el río se puede desbordar inundando toda la zona», afirman, recordando que los vecinos de Gorostiza saben de las características de ese terreno, conocido como la «campa de las lechugas».
En su reflexión, Barakaldo Naturala incidió en que sobre la nueva urbanización de lujo, «a escasos metros», discurrirá la Variante Sur Ferroviaria, lo que debe ser conocida por los hipotéticos compradores. Es más, sitúan estas obras en una lista de ataques al medio ambiente, entre los que mencionan la construcción del Megapark en Zuloko-Ibarreta; la Supersur que atravesará Gorostiza, el monte Argalario y la cordillera de Sasiburu; la construcción de más viviendas unifamiliares en Basatxu y El Regato; las amenazas de la cantera de Tellitu y la Variante Sur Ferroviaria. La nueva línea férrea, propuesta por el Ministerio español de Fomento, pretende atravesar también el valle del Regato de manera paralela a la Supersur, «aumentando de manera exponencial» los daños ecológicos en estos parajes.
Los ecologistas rechazan estos proyectos y preguntan a las autoridades y a quienes respaldan sus decisiones: «¿Qué herencia le van a dejar a nuestra descendencia?».
Barakaldo Naturala presentó hace cinco meses al Ayuntamiento una propuesta de protección ambiental para la cordillera de Sasiburu, Argalario, valle del Regato, Gorostiza y el río Castaños, que contempla la elaboración de un plan urbanístico especial y olvidarse de los proyectos que lo desvirtúan. Los ecologistas se inclinan por que los últimos espacios verdes de la localidad se conviertan en un amplio bosque periurbano.
Entre los aspectos que toca su proposición se encuentra la ordenación y regulación de los accesos y usos de los viales, un plan intensivo para recuperar la vegetación autóctona, así como los animales que la pueblan. También se solicita la recuperación de las canteras de Arnabal, Tellitu y Santa María, sin olvidar una regulación de las actividades recreativas en la zona a proteger. A.G.