Movilización en Gasteiz
La mayoría sindical critica unas cuentas «al servicio de la patronal»
La mayoría sindical vasca sacó ayer a la calle a miles de personas para denunciar un proyecto presupuestario, el del Gobierno de Lakua, que a su juicio responde al interés de la clase empresarial y se hace de espaldas a los trabajadores y las trabajadoras. Tras el acto en la plaza del Matxete de Gasteiz, marcharon hasta el Parlamento, donde entregaron un escrito en el que piden a los grupos que en el debate presupuestario le den la vuelta al proyecto gubernamental.
Iker BIZKARGUENAGA | GASTEIZ
Unos tres mil delegados sindicalos participaron ayer en un acto celebrado en la plaza del Matxete de Gasteiz en el que la mayoría sindical vasca denunció unos presupuestos, los del Gobierno de Lakua, confeccionados «de espaldas a los trabajadores» y en favor de la clase empresarial.
Al término del acto, que abarrotó por completo la céntrica plaza gasteiztarra, los allí congregados marcharon en manifestación hasta el Parlamento, donde los máximos responsables de los sindicatos convocantes -ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru- entregaron el decálogo consensuado entre ellos para hacer frente a la crisis.
Tras la huelga general y las movilizaciones del 21 de mayo, y el acto conjunto celebrado el 22 de setiembre en Donostia, las centrales que forman la mayoría social en este país volvieron a llevar a cabo un acto multitudinario en el que Belén Arrondo (STEE-EILAS), Josu Balmaseda (ESK), Ainhoa Etxaide (LAB) y Adolfo Muñoz, Txiki, (ELA) tomaron la palabra. Y lo hicieron para denunciar unas cuentas públicas que «confirman que las instituciones siguen siendo instrumentos al servicio de la patronal».
Retratan al Gobierno
Porque, tal como destacó Etxaide, los presupuestos constituyen el «ejercicio político» que realmente retrata al gobierno de turno y los partidos que los sostienen y, en este caso, representan «la garantía para que nada cambie, la garantía de que los principios que van a dirigir la economía van a ser exactamente los mismos que hasta ahora».
Un proyecto presupuestario que, según apostilló después Muñoz, no es sino «hijo» de una política fiscal de derechas, y una apuesta «por la recesión y la destrucción de empleo».
La primera en intervenir fue Arrondo, quien frente a quienes insinúan que la crisis no afecta al sector de la Educación y a quienes trabajan en él, replicó que «eso es completamente falso», recordando casos como la huelga convocada para la próxima semana en los comedores o a los miles de profesores y profesoras que «cada año pasan de un centro a otro trabajando en una completa eventualidad».
Asimismo, recordó que tal como se recoge en el decálogo sindical, sería necesario que el presupuesto de Educación se incrementara en un 51% para alcanzar la media de los países desarrollados.
Balmaseda, por su parte, señaló que aunque desde el Ejecutivo se haga «una tremenda propaganda mediática», en los presupuestos «el gasto público y el gasto social ha sido claramente recortado», un hecho que cobra especial gravedad «teniendo en cuenta la situación por la que estamos pasando y el aumento de las necesidades sociales». «El deber de cualquier gobierno debe ser garantizar el derecho a una vida digna a todos y todas las ciudadanas, y este gobierno no cumple con sus obligaciones», censuró.
Un instrumento
La secretaria general de LAB valoró en su intervención que los presupuestos tienen «las mismas características que las políticas que han generado la crisis», entre las que destacó el que se hayan hecho «de espaldas a los trabajadores y trabajadoras», que pretenden «seguir debilitando el sector público» y que no potencian la cobertura social, bien al contrario, «dejan los derechos de los trabajadores a merced del mercado y de los dueños de ese mercado». «Estos presupuestos van a empeorar la realidad que vivimos. Son malos, son un error. Pero no somos tan ingenuos como para pensar que el Gobierno se ha equivocado. Lo que ha hecho el Gobierno es optar, optar por seguir siendo un instrumento al servicio de la patronal», apostilló Etxaide.
Frente a esta realidad, Muñoz opinó que los sindicatos ayer reunidos «estamos obligados a seguir trabajando una agenda común, porque los enemigos son muchos y muy poderosos».
El secretario general de ELA manifestó que esta crisis, como todas, «se administra en función de la relación de fuerzas» y, en este caso, «la patronal sabe que tiene a los gobiernos para hacer las políticas que quiera». En este sentido, sobre las cuentas del próximo ejercicio, criticó que prevean menos gasto que en este año, cuando «sólo los economistas más reaccionarios defienden que en coyuntura de recesión los presupuestos se hagan con menos gasto que en el ejercicio anterior». Asimismo, denunció que la prioridad de esas cuentas es «hacer llegar dinero a las empresas de manera camuflada, diciendo que con eso se va a generar empleo», cuando «las bonificaciones empresariales no crean ni un puesto de trabajo, y lo único que hacen es permitir que redondeen sus cuentas de beneficios».
Para hacer frente a esta realidad, y lograr que las decisiones se tomen en interés de la «mayoría social trabajadora», apostaron por seguir impulsando movilizaciones como la de ayer.