NBA
Los Suns remontan el vuelo tras una nefasta temporada
Tras el cúmulo de despropósitos vivido en Phoenix el año pasado, los Suns parecen renacer de sus cenizas y suman nueve victorias en once partidos.
Izkander FERNÁNDEZ
Y Phoenix Suns renació en algún lugar totalmente alejado de la ortodoxia. Tras una campaña duramente castigada por las lesiones de sus mejores estrellas, la franquicia de Arizona arrancaba esta temporada rodeada de interrogantes. Bien, de momento, un espectacular balance de 9-2 los convierte en el mejor equipo de la competición. Así que se puede decir que, de momento, todo va bien. Todo está en su sitio.
Phoenix se ha caracterizado a lo largo de los últimos años por ser una escuadra construida para atacar. La llegada de Steve Nash al puesto de base titular coincidió en el espacio-tiempo con la de Mike D'antoni y eso posibilitó que los Suns rompiesen con la tónica espesa que se ha impuesto en la NBA a lo largo de la última década.
Los Suns corrían y para ello se aprovechaban de una plantilla atípica en la que nunca parecía haber demasiado más allá de sus dos máximas estrellas, Nash y Amare Stoudemire.
Fue apuntalar el equipo, dotarle de un poco de lógica y venirse abajo. Llegó Shaquille O'Neal al puesto de pívot y la franquicia completó su peor temporada en años. Quizá no sea justo culpar a O'Neal por lo que pasó, ya que las lesiones estuvieron a la orden del día, pero es cierto que el que fuera el jugador más dominador de la liga no puede correr la pista con la soltura que exigen los vertiginosos Suns.
El arranque de Phoenix este año es espléndido. Parece que está un punto por encima del resto de equipos. Y lo parece porque corre como el diablo, tira sin miedo y saca provecho de jugadores que quizá en otros equipos difícilmente encontrarían su lugar.
Viendo a los Suns en la cancha da la impresión de que los 12 jugadores saben cuánto tienen que jugar y qué es lo que se espera de ellos en esos minutos.
Poco ortodoxo, pero entretenido
Nash y Stoudemire son el motor, como era de esperar, pero ambos están todavía en proceso de recuperación. A Nash se le ve atolondrado, corriendo como nunca pero perdiendo demasiados balones, como si corriendo más amaneciera más temprano.
Stoudemire está algo más entonado, rebotea con soltura y anota, aunque también se le ve precipitado y angustiado. Parece no importarles que el equipo tenga 9 victorias en 11 encuentros; es como si fuesen últimos de Conferencia.
Pero, así, Nash acaba siendo letal en los momentos clave con triples inverosímiles y asistencias imposibles. Y Stoudemire puede amargarle la fiesta al más pintado sin apenas despeinarse.
La exigencia de Stoudemire de jugar de cuatro convierte a los Suns en un equipo frágil en la pintura. La escasez de pivots en la NBA hace que Channing Frye sea el cinco titular. Frye corre y tira de tres como si fuese un escolta o un alero especialista. Lleva 60 triples intentados en lo que va de temporada y tiene un 43% de acierto. Poco ortodoxo, sí. Pero vistoso, también.
La versatilidad de Frye facilita la velocidad del juego de los Suns. Y la presencia de exteriores como Hill, Richardson o Barbosa dotan a su ataque de una variedad envidiable. Sólo falta añadir su sorprendente cohesión y la figura de un técnico alegre como Alvin Gentry para entender que el sol de Phoenix vuelve a calentar de lo lind0.
Phoenix Suns se ha medido a tres de los grandes de la competición en las dos primeras semanas de noviembre, logrando ganar en Boston con holgura pero perdiendo con contundencia en Orlando y Los Ángeles.
Tras su victoria ante Toronto Raptors por 101-100 y la segunda derrota consecutiva de Los Ángeles Lakers, los Suns de Phoenix se colocaron como el mejor equipo de la liga en la madrugada del lunes.
Quizá sea algo que caracterice a estos Phoenix Suns. Correr no es sólo correr. Correr conlleva velocidad con control, compromiso en el trabajo global y esfuerzo a destajo. Alvin Gentry parece haber logrado que jugadores algo menores en el aspecto físico como el escolta Jared Dudley luzcan como colosos durante muchos minutos. O que un base de segundo año como Goran Dragic corra por la pista como un diablo con el balón cosido a la mano como si fuese el Steve Nash de sus mejores años.
Los Suns no son una logia cerrada a una idea. Son más bien una idea que busca integrar los efectivos necesarios por dispares que éstos sean. Así, un ala-pívot rocoso y escaso de recursos como Louis Amundson se parte la espalda en la pintura para tratar de compensar en momentos puntuales la falta de músculo y centímetros de su equipo. Alvin Gentry lo mezcla todo, lo emplea todo, y, visto lo visto, parece que lo hace con acierto.
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