Ignasi Guardans, director del ICAAA (Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, el organismo que regula el cine dentro del Ministerio de Cultura español), destapó ayer la caja de los truenos con unas declaraciones efectuadas al diario «El País», en la que anunciaba que «meterá mano» a la organización de los festivales de cine en el Estado español. A punto de concluir la tramitación de los Presupuestos Generales y puesta en marcha la polémica Orden que desarrolla la Ley del Cine, en sus declaraciones apuntaba directamente al Festival de Cine de Donostia. «Es y seguirá siendo el gran certamen español, -afirmó- pero que ahora es un poco más pequeño porque le han movido la foto. Sus dificultades actuales pasan por no sólo dudas económicas entre algunos socios, sino porque ha cambiado el paisaje (de los festivales de su categoría en el mundo). En dos semanas tenemos consejo de administración, y es buen momento para hablar de cambios. No tiene sentido que Donostia tenga mercado cinematográfico porque, ¿cuál debe ser el escaparate del cine español? El certamen de Málaga. Allí debe organizarse el gran mercado de venta de nuestro cine, para que el que necesitas aeropuerto cercano, plazas hoteleras... San Sebastián no posee eso, pero sí podría alcanzar una gran implicación educativa, con master class para profesionales».

Estas declaraciones no gustaron a Odón Elorza, alcalde de Donostia y presidente de la Sociedad Festival Internacional de Cine de San Sebastián, quien criticó que los socios del consejo de administración del certamen -lo forman el Ayuntamiento, Diputación, Lakua y el Ministerio de Cultura- hayan conocido «cuáles pudieran ser la decisiones prefijadas» por el ICAA a través de la prensa. Elorza mostró además su disconformidad con las alusiones a la supuesta falta de plazas hoteleras de la capital guipuzcoana y adelantó que en la reunión que celebrará el consejo de administración se analizará «el papel, los contenidos, la función y la misión estratégica que le corresponde dentro del mundo de los festivales competitivos», por lo que entiende que las «premisas» anunciadas por Guardans «coartan» ese debate y «pueden generar tensiones».

Señaló también que es «un poco ridículo» que Guardans diga que el Ayuntamiento «no sabe tanto de cine» como el ICAA, porque son los expertos que gestionan el certamen quienes establecen las «líneas maestras» y no el consistorio, reseñó.