El bloque unionista que conforman en la Cámara de Gasteiz PSE, PP y UPyD aprobó ayer en la Comisión de Cultura -donde se incluyen los deportes- sendas resoluciones pidiendo que la selección española de fútbol dispute algún partido en la CAV y que la Vuelta ciclista tenga como lugar de llegada y salida alguna población de estos tres herrialdes. A efectos prácticos estrictamente deportivos, ambos textos no son sino un brindis al sol, una iniciativa para acaparar titulares. Respecto al balompié, el propio portavoz de la Federación Española recordó que «esto es fútbol y debe ser el club interesado el que tiene que solicitar la organización de un partido internacional a través de su federación territorial». En el caso del ciclismo, son los municipios quienes presentan sus candidaturas a la organización de cada prueba.

Harina de otro costal es la vertiente política del asunto. Los impulsores de esta resolución se llenan la boca hablando de «normalidad», del «no frentismo», de «no mezclar ámbitos», cuando saben de sobra cuál es la selección que la mayoría de la ciudadanía vasca -y de sus futbolistas- quisiera ver compitiendo sobre el césped de igual a igual con el resto de combinados mundiales, incluida La Roja. Ese día, la vigente campeona de Europa será bienvenida a cualquier campo vasco. Como equipo visitante.