Maite SOROA
Para zurrar a los de siempre
En esta tierra se dan situaciones kafkianas como que un alcalde sea citado a declarar por haber permitido que un concejal lance el chupinazo festivo. Y más tragicómico, si cabe, que un periódico aproveche el despropósito para cargar contra los de siempre.
El editorialista de «Diario de Noticias» dedicaba su pieza de ayer a ensalzar al alcalde, de Nafarroa Bai y a zurrar a los de siempre. Parece que está de moda y que el de «Diario de Noticias» se apunta gustoso a esa moda.
Así, advertía que «que un alcalde ceda el lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas patronales a un concejal de la izquierda abertzale oficial podrá ser políticamente censurable». Pues no entiendo por qué. ¿No es concejal elegido por el vecindario o qué?
Para aprovechar la ola, el escribiente asegura que el hecho de haber sido citado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional «no obedece a estrictos criterios jurídicos y que, mediando otras motivaciones, el objetivo tiene que ser dañar a Nafarroa Bai». Ya veremos quien termina pagando el pato.
La decisión judicial es, como mínimo, un despropósito, pero los lamentos del editorialista parecen bastante exagerados. Miren lo que parece que le preocupa: «Lamentablemente para Gurbindo y para el amplio espectro social que rechaza la tan arbitraria como interesada tesis según la cual todo es ETA con la declaración de mañana del alcalde en la sede de la Policía Foral se le va a infligir como mínimo una pena de banquillo en la que chapotearán gustosos quienes han incluido entre sus prioridades más perentorias vincular arteramente a NaBai con una violencia que la coalición repudia». La «pena de banquillo», acompañada con los grilletes y posterior encarcelamiento es algo que la izquierda abertzale conoce bien, aunque el editorialista se olvide de ello.
Tal vez por eso -y para tratar de justificarse ante vaya usted a saber quién-, termina por embestir contra las verdaderas víctimas: «Mientras, el mundo de Batasuna sigue sin marcar distancias con ETA, envuelto en esa endogamia autista que da pie, no únicamente a tanto dolor, sino también a tanta discrecionalidad». Al final, la culpa será de la izquierda abertzale.