Vecinos del valle de Arratia comparecieron ayer en Igorre para denunciar el acoso policial sufrido por el joven Andoni Akesolo, que trabaja como camarero de un bar de la localidad vizcaina. Según dieron a conocer, el pasado 23 de octubre Akesolo fue asaltado por cuatro encapuchados que se identificaron como guardias civiles y tras colocarle las esposas en una mano y enseñarle una pistola, le mantuvieron retenido contra la pared para pedirle colaboración policial.

Los hechos se produjeron cuando el joven salió del establecimiento hostelero en el que trabaja a vaciar un balde con agua sucia, cuando estaba a punto de cerrar el bar. En ese momento se le acercaron los cuatro encapuchados que le dijeron que todo se iba a solucionar con unas preguntas y tras mencionarle los nombres de tres jóvenes de Arratia, le preguntaron de qué les conocía.

Como en Argentina y Colombia

Según indica en el testimonio, al no contestar a las preguntas comenzaron a amenazarle con que se iba a «comer un marrón» si no colaboraba y le propinaron un par de puñetazos en la cabeza y en la tripa. Asimismo, relata que al final le colocaron una bala en la mano, pero que al escuchar ruidos de coche y voces de gente en los alrededores del bar huyeron corriendo.

El movimiento pro amnistía comparó este nuevo caso de acoso policial con los sufridos en los últimos meses por los ex presos políticos Lander Fernández y Alain Berastegi.

Señalaron que lo ocurrido es un «capítulo más» de la «estrategia de guerra» dirigida por el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, y aseguraron que escuchar este tipo de testimonios hace recordar la desaparición de Jon Anza.

«Los estados español y francés han impuesto un estado de excepción en el que las libertades democráticas han dejado sitio a la persecución ideológica, la tortura y la guerra sucia con hechos que eran habituales en Argentina durante la dictadura o en la actualidad practican los paramilitares en Colombia», denunciaron.

Según indicaron, es necesario organizarse para hacer frente a la represión, denunciado por vías judiciales los hechos y dando una respuesta social. En este sentido, han convocado una movilización para el próximo 27 de noviembre en Igorre.