Maite SOROA
Tienen un problema
Se las prometían felices cuando el parlamento falseado de Gasteiz proclamó el interés público de la celebración de partidos de fútbol de la selección española en tierra vasca. En lugar de una pica, clavaban una bota, pero por fin clavaban algo en estos pagos.
Y, sin embargo, las cosas no parecen tan sencillas. Ayer el editorialista de «Abc», tras felicitarse, ya mostraba su inquietud: «Es, sin duda, un paso en la buena dirección para normalizar un conflicto creado artificialmente por los nacionalistas, lo mismo que viene ocurriendo desde hace muchos años con la Vuelta Ciclista a España». Pero un paso, sólo uno, no sirve de gran cosa. Ya lo verán: «Sin embargo, falta mucho camino por recorrer en una sociedad marcada por una obsesión identitaria llevada al extremo». ¿Qué será lo que le angustia? Lean, lean: «Ahora, los clubes vascos dan la callada por respuesta a la solicitud del Parlamento. Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Alavés, los únicos que cuentan con estadios capaces de albergar un partido internacional, prefieren mirar para otro lado ante una cuestión que califican implícitamente de `política', lo que demuestra hasta qué punto la trama nacionalista ha penetrado en la sociedad vasca». Ya se chafó el invento. Les pisaron el asado.
Por eso empiezan las quejas: «Es lamentable que el temor a disgustar a las terminales del nacionalismo paralice cualquier iniciativa social, incluyendo la oportunidad de ver en acción a los actuales campeones de Europa, que son recibidos con entusiasmo en el resto del territorio nacional y en todo el mundo». Escribe como el del No-Do. ¿Recuerdan?
Pero se queda más tranquilo cuando encuentra al culpable. Ya se sabe que si hay culpable, no hay problema: «Tantos años de régimen nacionalista han creado hábitos en el País Vasco que resultan difícilmente compatibles con la democracia constitucional. Politizar todos y cada uno de los actos de la vida es un planteamiento propio de los sistemas totalitarios porque supone un evidente desprecio a las libertades individuales. El Gobierno socialista, con el apoyo parlamentario del PP, tiene una larga y compleja tarea por delante, empezando por el ámbito educativo y cultural. Incluso personas moderadas como son los actuales dirigentes de los grandes clubes vascos prefieren quitarse de en medio y eludir el problema». El problema son ellos.