FIN DEL SECUESTRO DE «ALAKRANA»
El juez Pedraz abre una pieza aparte para investigar el pago del rescate
El juez Santiago Pedraz ha asumido la petición de la Fiscalía y ha decidido abrir una pieza separada en el sumario abierto por el secuestro del «Alakrana» para investigar el pago del rescate y a los intermediarios que podrían haber intervenido en el mismo. La polémica sobre quién efectuó el pago ha sido intensa en las últimas horas, y el grupo parlamentario del PP en Madrid ha pedido la comparecencia del jefe de los servicios de espionaje españoles, Félix Roldán.
GARA |
En las últimas horas, el pago del rescate a los piratas que durante 47 días han mantenido secuestrado el «Alakrana», y las circunstancias en las que se ha producido ese pago, han copado gran parte de la polémica mediática e institucional abierta en torno a este caso. Ayer, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz decidió abrir una pieza separada para investigar lo que se ha venido en llamar la «trama jurídico-financiera» del secuestro, para identificar a aquellos agentes que participaron en el pago del rescate.
Las implicaciones de esta decisión, que no se ha producido en ocasiones anteriores, están aún por verse, pero un eventual proceso contra personas o sociedades que habrían actuado de intermediarias en la negociación del rescate podría hacer que en el futuro otros posibles intermediarios se retrayeran.
Pedraz ha abierto esta pieza a petición de la Fiscalía, que el miércoles le instó a investigar a «los comisionistas intervinientes en la liberación, así como a los bufetes de abogados que hayan podido participar en las negociaciones del secuestro y demás hechos concurrentes con los citados». Esta solicitud se produjo después de que se publicara que el «Alakrana» fue liberado tras el pago de un rescate de entre 2,3 millones y 2,7 millones de euros.
A nadie se le escapa, sin embargo, que emisarios del Gobierno español han participado en las negociaciones para la liberación del atunero, y que, como poco, el Gabinete de Rodríguez Zapatero ha tenido conocimiento de las circunstancias que han rodeado al pago del rescate. Por este motivo resulta aún más chocante el proceder de la Fiscalía, dependiente en última instancia del Gobierno.
Comparecencia del CNI
Sobre este tema, el ministro español de Justicia, Francisco Caamaño, utilizó un curioso modo de negar la implicación del Ejecutivo en el pago del rescate, al afirmar que «yo sólo puedo sostener que España, como país, no lo ha hecho». «Es lo que puedo, sin duda, afirmar y me consta», insistió el titular de Justicia.
Caamaño, en cualquier caso, en declaraciones efectuadas desde Roma, dejó abierta la puerta a cualquier interpretación a sus palabras, al añadir que el hecho de que «se hayan encontrado soluciones en el ámbito internacional para una situación compleja, difícil, creo que eso lo comprendemos todos, y también lo pueden comprender quienes tienen que interpretar la ley y el derecho en cada momento».
El PP, por su parte, ha encontrado en este asunto un elemento más con el que atacar a la gestión del secuestro por parte del Gobierno del PSOE, y ayer su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que su partido va a pedir la comparecencia del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Roldán, ante la comisión de Fondos Reservados del Congreso español, para que informe sobre el pago del rescate.
Sáenz de Santamaría hizo este anuncio en declaraciones a Antena 3, al ser preguntada por quién creía que había pagado el dinero del rescate, si el Gobierno español o el armador del buque. En su respuesta, sostuvo que el PP, al pedir que la comparecencia se produzca a puerta cerrada, actúa «con la máxima responsabilidad», porque sólo los portavoces de los grupos parlamentarios conocerán lo que diga el jefe de los servicios de espionaje españoles.
Apenas un par de días después de la alegría que supuso la liberación del «Alakrana», un nuevo sobresalto volvió a sacudir ayer las redacciones de los medios de comunicación. Fue cuando se conoció que el atunero «Txori Gorri» había sido perseguido durante casi media hora por una embarcación de piratas y tuvo que maniobrar para eludir el acoso. El barco, en cualquier caso, no habría sufrido «ningún tipo de peligro».
Según relató el primer oficial del buque, de nombre Francisco, los «miradores» del pesquero avistaron con los prismáticos un barco «madre», situado a unas ocho millas del atunero, que arriaba al agua dos esquifes de color blanco y que uno de ellos iniciaba la persecución del atunero.
La pequeña embarcación, habitualmente utilizada para ataques como el sufrido por el «Alakrana», llevaba una velocidad de 22 nudos, y el «Txori Gorri» abrió máquinas, cambió de rumbo y realizó maniobras evasivas hasta que logró que abandonaran la persecución.
«Nos venían ganando un poco de terreno pero han abandonado a seis millas del barco, casi doce kilómetros», explicó el primer oficial.
Una vez que los piratas se marcharon, agregó Francisco, los marineros retomaron las faenas de pesca.
El «Txori Gorri» se encuentra en este momento en aguas de las Seychelles, al oeste de las islas Almirante, a unas 200 millas de las aguas somalíes. GARA
Si no se produce ningún retraso imprevisto, el «Alakrana» llegará a primera hora de la mañana de hoy -hacia las 8.30, hora local- a las islas Seychelles, donde todo está previsto para recibir a los 36 tripulantes. En Puerto Victoria, capital del país insular serán recibidos por un ministro del Gobierno de Seychelles, y el secretario general de Política de Defensa español, Luis Cuesta, y su homólogo de Política del Mar, Juan Carlos Martín.
También estarán allí algunos familiares de los ocho marineros gallegos que forman parte de la tripulación, y parientes de marineros de otras naciones. Las familias gallegas partieron a primera hora de la tarde de ayer desde Madrid, y está previsto que lleguen antes de que lo haga que el pesquero.
No estarán, sin embargo, los familiares de los arrantzales vascos, que han rechazado la invitación cursada desde el Ministerio de Defensa.
Desde Puerto Victoria, un avión militar les debe traer de vuelta a casa, aunque aún no se ha concretado cuándo se producirá la llegada de los arrantzales vascos a Euskal Herria.
Según difundieron algunos medios, el avión podría llegar mañana por la tarde a Madrid tras unas horas de descanso en Puerto Victoria.
Para trasladarlos a sus casas el Gobierno de Lakua ha establecido un operativo, que se encargará también de llevar a sus familiares a Madrid. Según informó a mediodía de ayer la consejera de Pesca del Gobierno autonómico, Pilar Unzalu, el dispositivo, acordado en el seno de la mesa de crisis, incluye asistencia médica y sicológica para estas personas.
Quienes sí acudirán a recibir al «Alakrana» cuando llegue esta mañana a Puerto Victoria serán los familiares de Wilson, el único miembro de la tripulación que es de las Seychelles. Irán su padre y dos hermanas, pero no podrá hacerlo su madre, Mireille Pilate, de 74 años, por su delicado estado de salud.
Según relató ayer a la agencia Efe, conoció la puesta en libertad de su hijo y de sus compañeros a través de la radio local SBC, después de 47 días de secuestro que han sido, también para ella, un auténtico «infierno». Le espera en casa, sentada en su vieja silla. GARA
«30 piratas armados vigilan la `mazmorra' donde están recluidos los 3 desembarcados». «El Mundo», en su edición del viernes 6 de octubre, llevaba de esta inquietante forma a su primera página la información sobre el lugar en que supuestamente se encontraban cautivos los tres marineros que los piratas habían conducido a tierra la víspera.
Por su parte, el Gobierno del PSOE, por boca de la ministra de Defensa, Carme Chacón, intentaba tranquilizar a las angustiadas familias y a la opinión pública asegurando que el Ejército español controlaba «perfectamente» dónde estaban los tres tripulantes sacados del barco por la fuerza.
Sin embargo, miembros de la tripulación del «Alakrana», entre ellos Patxi Baladés, uno de los que supuestamente se encontraba en la «mazmorra» que citaba «El Mundo», han desmentido que nadie fuera realmente llevado a tierra, y han confirmado que todo fue una maniobra de los piratas. En realidad, explicó ayer Baladés, les bajaron del barco, les embarcaron en un bote, «y cuando no había nadie mirando», volvieron al «Alakrana».
Entonces todos creyeron la amenaza, porque ni siquiera los arrantzales sabían qué había sido de sus compañeros, pero pocos osaron describir el cubículo en el que «se encontraban». GARA
