Acaba de salir del horno el último ``Sociómetro'' del Gobierno de Lakua, y no hace tanto que también fueron publicados el llamado «navarrómetro» y un estudio sobre «Juventud y Política» encargado por la Diputación de Gipuzkoa. El cruce de datos entre estas y otras encuestas viene a demostrar que la imagen que muchas veces se pretende proyectar de que la juventud está alejada de la política es cuestionable, al menos comparativamente, puesto que debería de explicarse que está alejada pero menos que la media del conjunto de la sociedad.

Por ejemplo, según el último ``Sociómetro», el 20% de las personas entre 18 y 29 años está muy o bastante interesada por la política, mientras que esa proporción baja al 18% si se toma una muestra de toda la población. Por otra parte, la participación activa en grupos sociales es también mayor entre los jóvenes que entre los adultos.

Vascos y muchos independentistas

La autodefinición como «únicamente vascos» (34%) y «más vasco que español» (18%), suma una identidad vasca superior a la media social en el conjunto de la CAV. El estudio de Aztiker para la Diputación de Gipuzkoa recoge además que cuando a los jóvenes se les habla de Euskal Herria o Pueblo Vasco lo identifican con el conjunto de los siete herrialdes (61,1 %). Y cuando se les pregunta con qué ámbito geográfico se identifican más, Euskal Herria aparece en primer o segundo lugar en el 37% de las encuestas, por sólo un 8,4% de la CAV.

Son también los jóvenes los que más abiertamente optan por la independencia. En la pregunta directa hecha por Aztiker sobre qué votarían en un referéndum, el 48,4% responde que diría sí a la independencia, mientras que el no se queda en el 16,5%. El resto se abstendría o no sabe o no contesta. El último «retrato de juventud» publicado en setiembre por el Gobierno de Lakua señala que un 31% de los jóvenes está de acuerdo con la independencia y un 20% en contra, mientras que un 34% responde que dependería de las circunstancias.

Este dato no es ya comparable con la media social, porque la llegada del PSE a Lehendakaritza ha provocado también un cambio en el cuestionario del «Sociómetro» y ya no se pregunta sobre la actitud hacia la independencia, sino que se encuesta por la opción más adecuada para solucionar los problemas y se ofrecen como respuesta «cum- plir el Estatuto», «adecuarlo al siglo XXI», «elaborar un nuevo Estatuto» o «la independencia». A pesar de este lío, un 21% de los jóvenes elige la independencia.

Insatisfechos con esta democracia

Lo jóvenes, al menos los guipuzcoanos, opinan mayoritariamente que «no se podrá hablar de verdadera democracia si este pueblo no puede decidir su futuro» ni «si a una parte de la sociedad se le impide participar en las instituciones». Creen también que más allá de la violencia hay un conflicto político, que debe solucionarse a través del diálogo. Y aunque están de acuerdo con el fin de ETA, en la misma proporción consideran que no se puede olvidar «la violencia del Estado: ilegalizaciones, represión, tortura, situación de los presos...».

En el conjunto de la CAV, según el «retrato» de Lakua, el 55% de los jóvenes están insatisfechos «con el funcionamiento de la democracia» y el 51% con «el respeto a los derechos humanos». Es más, el 62% no cree que ahora haya posibilidad de defender cualquier idea política.

Un 47% de los jóvenes se declaran abiertamente de izquierda y un 9% más de centro izquierda, proporciones que superan a la media social. Como también es mayor su inclinación a votar opciones abertzales. De hecho, el «navarrómetro» confirma que ésta opción ganaría las elecciones en Nafarroa si votaran sólo los jóvenes entre 18 y 24 años y ello, por lo que parece, sin contar con la opción hoy ilegalizada. En el estudio de Aztiker se observa que el partido más valorado entre los jóvenes es Batasuna y le sigue Aralar. Y si pudiera presentarse, Batasuna sería la más votada a Juntas Generales.

Por lo demás, los jóvenes que se definen como de la izquierda abertzale son los que más se interesan por la política, los que en mayor medida se informan, los que tienen una mayor actividad política y organizativa, y los que tienen mayor cercanía con su opción de voto.