I. IRIONDO I

¿Cuáles son los rasgos fundamentales de la juventud que ha participado en el estudio?

Hemos abordado la cuestión de la juventud y la política, y un rasgo fundamental sería la lejanía con la que los jóvenes en general viven la política. Siempre hay que aclarar que la juventud guipuzcoana es heterogénea, los hay que se implican totalmente en política y otros a las que ni le va ni les viene. Pero el perfil general sería el de un joven bastante alejado de las preocupaciones y de los temas políticos. El segundo rasgo sería que a pesar de que en principio muestran esa lejanía y parezca que no les interesa demasiado, cuando se formulan algunos temas encima de la mesa, como los relacionados con la cuestión nacional y con las violencias, esa lejanía desaparece. Sube la temperatura y prácticamente todo el mundo tiene una opinión, unos sentimientos o algo que decir.

¿Qué les ha llamado especialmente la atención?

Ya intuíamos que los partidos políticos no serían altamente valorados por los jóvenes, pero los datos han sido bastante demoledores. Les presentamos una lista de 45 asociaciones, grupos o colectivos que nos parecían los más presentes en la realidad guipuzcoana y les pedimos que los valorasen, y en primer lugar del ranking aparecen las ikastolas, dato que puede ser llamativo. En general, todos los grupos relacionados con el euskara salen bien parados. Y los peor valorados son los partidos, junto a las iglesias y los sindicatos. Es decir, los tipos de asociación básicos hace veinte o treinta años, los más importantes entonces a la hora de estructurar la sociedad o la participación social, ahora no están de moda entre los jóvenes.

Llama la atención ver a jóvenes hablando bien de sus centros de estudio, de las ikastolas...

Sí, y además la alta valoración de las ikastolas y de todos los grupos relacionados con el euskara no sólo incumbe a los jóvenes euskaldunes o abertzales, sino a todos en general.

Además de encuestas, Aztiker ha reunido también grupos de trabajo de jóvenes y ha realizado entrevistas en profundidad. ¿Qué aporta esto al estudio?

El estudio tenía dos partes. Primero hemos hecho un trabajo cualitativo, con diecinueve entrevistas en profundidad y ocho grupos de discusión, y luego hemos hecho las 1.655 encuestas domiciliarias. En la primera parte, en la cualitativa, hemos intentado captar los discursos de los jóvenes sobre los temas que queríamos analizar. En las entrevistas en profundidad y en los grupos de discusión, los jóvenes elaboran su discurso como les sale, como ellos quieren, sobre los temas que se les proponen. Así conseguimos captar en profundidad las diversas posiciones que existen sobre los distintos temas. Y luego, con la encuesta, lo hemos medido con números, hemos puesto en cifras cuántos dicen unas cosas y cuántos otras.

Ha destacado el alejamiento de los jóvenes de los políticos, pero esto no parece cosa sólo de los jóvenes. Una reciente encuesta del CIS los situaba como el cuarto problema... ¿Ese alejamiento es una cuestión de toda la sociedad, de los jóvenes y de los adultos?

No tenemos datos directamen- te comparables, pero los datos que se conocen del resto de encuestas demuestran que es un rasgo bastante general. La política, y en particular los partidos y las personas que se dedican a la política, no salen muy bien paradas.

¿Los jóvenes son muy distintos de los adultos?

No es fácil responder, pero creo que la juventud en Gipuzkoa y en el conjunto de Euskal Herria sí se diferenciaría por ser incluso un poco más activa en lo político que los adultos y por mantener posturas más cercanas a los planteamientos abertzales.

A los resultados de muchas encuestas sobre la juventud se les dan una cierta connotación negativa. ¿Tienen datos sobre si la juventud de ahora es distinta a la de décadas anteriores o cada generación idealiza su propia juventud?

Hay algunas tendencias claras. Por ejemplo, la cuestión de la religiosidad ha cambiado. Tenemos datos comparables de los últimos veinte años y en este tiempo la proporción de católicos ha bajado a la mitad. Ya son más los que se declaran ateos, agnósticos o indiferentes que los que se declaran católicos. Ahí hay un cambio sustancial. Otros datos como la participación en asociaciones se mantiene estable, aunque el trabajo voluntario desciende.

¿Este tipo de estudio sirve para ir viendo cómo será la sociedad de futuro?

En cierta medida sí, porque estos jóvenes serán los adultos del futuro. Normalmente, a lo largo de la historia la sociedad va cambiando y esos cambios se aprecian mejor en la juventud que en otros segmentos y eso resulta interesante. Los estudios de juventud sirven también para eso. Pero por otro lado hay cambios ligados al ciclo de vida: cuando somos jóvenes somos de una forma y cuando somos mayores somos de otra. Tampoco se pueden mirar los datos de la juventud de ahora y decir `la sociedad del futuro va a ser así', pero se pueden apreciar algunas tendencias.