El presidente afgano, Hamid Karzai, se comprometió a convocar una Loya Jirga (Asamblea Nacional) con las tribus para conseguir la paz y la reconciliación en el país durante su discurso de investidura para una nueva legislatura de cinco años.

En este sentido, lanzó un llamamiento a los talibán para que abandonen las armas y se incorporen al proceso político.

Además, indicó que confía en que las fuerzas afganas estén preparadas en un corto plazo para proteger la seguridad del país. Actualmente, hay unos 100.000 soldados de 40 países desplegados en territorio afgano, y el mandatario estadounidense, Barack Obama, está considerando la posibilidad de enviar decenas de miles de efectivos como refuerzo.

«Estamos decididos a que, en los próximos cinco años, las fuerzas afganas sean capaces de asumir el liderazgo en (la tarea de) garantizar la seguridad y la estabilidad en todo el país», declaró el presidente.

Según dijo, pretende que sea el Ejército afgano el que, en los próximos tres años, lleve la iniciativa en las operaciones militares en «las muchas áreas inseguras del país», como ya hace en la capital, Kabul.

Corrupción endémica

Por otro lado, Karzai dedicó gran parte de sus palabras a responder a las inquietudes de la comunidad internacional, que durante las últimas semanas han presionado al jefe de Estado para erradicar la corrupción y tratar de recuperar la legitimidad de un Gobierno aún manchado por el fraude masivo que sacudió las elecciones.

«Debemos aprender de nuestros errores y fracasos en los últimos ocho años», afirmó Karzai ante los 800 invitados a la ceremonia, de los cuales 300 eran funcionarios extranjeros, entre los que estaban la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari.

Aseguró que «la cultura de la impunidad debe terminar» en Afganistán, un país que ocupa el segundo puesto en el ránking de los más corruptos del mundo, según datos aportados por Transparencia Internacional.

«El Gobierno de Afganistán está comprometido a acabar con la cultura de la impunidad y la violación de la ley y a llevar ante la Justicia a aquellos implicados en la expansión de la corrupción», prometió.

Karzai anunció una próxima conferencia en Kabul para explorar «medidas nuevas y eficaces» contra la corrupción así como la aprobación de una ley que obligará a los cargos gubernamentales a declarar sus ingresos y posesiones.

«La corrupción y el chantaje son un problema muy peligroso. Atenderemos esta cuestión seriamente», aseguró.

El mandatario también se comprometió a «crear decenas de miles de puestos de trabajo para la reconstrucción». Varias ONG apuntan que el desempleo y la pobreza son las principales factores de conflicto en el país.

Invitación a la oposición

Durante su discurso, Hamid Karzai hizo un guiño a la oposición e invitó a su contrincante en las elecciones, Abdullah Abdullah, a participar en la estabilización del país.

Poco después, el mismo Abdullah compareció en rueda de prensa para valorar ante los medios de comunicación el discurso del presidente afgano. «Karzai sólo ha repetido las mismas promesas de los últimos ocho años», por lo que «dudo que sea capaz de satisfacer las expectativas del pueblo afgano y de los aliados de Afganistán. No soy tan optimista».