Un informe de la UPV solicita participación vecinal en la revisión del PGOU de Bilbo
Cada vez hay menos dudas de que la revisión del Plan General de Ordenación Urbana estará vetada al movimiento social de Bilbo. Mientras el equipo de investigación Parte Hartuz, vinculado a la UPV-EHU, ya entregó en octubre un informe en que se ha pulsado la opinión de diferentes agentes, el Consistorio ya tiene una batería de proyectos estratégicos para el desarrollo urbanístico.
Agustín GOIKOETXEA
``Zer nahi du hiria/herriak? Los diferentes prismas en la planificación urbana de Bilbao'' es el título del informe que un grupo de investigadores de la UPV-EHU entregó en octubre a los responsables municipales. El objetivo fundamental del trabajo ha sido «pulsar la opinión ciudadana, institucional y de los agentes económicos y técnicos de cara a la obtención de una primera aproximación al futuro urbano, económico y social» de la capital vizcaina.
En las conclusiones, de modo muy resumido, se afirma que los diferentes agentes que han participado en esta toma de temperatura creen que «los límites físicos de Bilbao están agotados, es el momento de la reforma interior; es el momento de los barrios, de su rehabilitación y revitalización». Otra idea que obtienen después de escuchar a vecinos, periodistas, arquitectos, empresarios y políticos es que «hay que planificar no sólo el Bilbao metropolitano sino el Gran Bilbao, conformado por el Bilbao metropolitano y sus periferias, con las figuras correspondientes de ordenación del territorio».
Los investigadores universitarios también ponen sobre la mesa que se debe planificar desde la óptica de la sostenibilidad. Además, se reclama una participación «desde una ciudad multicultural de razas, de edad, de agentes sociales». «Es necesario -apostillan- una apuesta política por la participación, con los correspondientes recursos humanos y financieros». Tal reflexión parte de la constatación de que la única vía de participación en la elaboración del Plan General vigente fueron las alegaciones y los recursos.
El documento que ya está siendo analizado en la Oficina de revisión del PGOU parece estar llamado a ser un «mero ornamento», según fuentes del propio Consistorio, pues se conoce que los técnicos ya disponen de una batería de proyectos a los que dar forma jurídica con el nuevo Plan. Entre las áreas que se perfilan como «estrellas» en las próximas décadas en el desarrollo urbanístico del Botxo están Elorrieta, el entorno de Artxanda, Bolueta, Garellano, Olabeaga, Zorrotza y, por supuesto, Zorrotzaurre.
Desde la Oficina que dirige Mauro Valdivielso se aventura que hasta dentro de dos años no tendrán el avance del nuevo PGOU, aludiendo a que los recortes presupuestarios les han afectado. «No hay dinero para comenzar», aseguran unos, mientras desde otras fuentes consultadas por GARA se añade que «puede ser que ahora no haya dinero, pero la maquinaria de legalización de obra pública sigue en marcha».
«Todo es un circo»
A pesar de que desde el equipo de gobierno PNV-EB se viene defendiendo que lo propuesto por el Consejo Asesor de Planeamiento no será la única fuente de la que se surtirá el Ayuntamiento, cada vez se duda más de la verdadera voluntad política de los responsables municipales. «La respuesta hay que encontrarla en lo que viene siendo la actuación del Consistorio; la Junta de Gobierno municipal resuelve desde hace años por decreto todos los temas, no hay debate, todo es un circo», defienden los críticos.
Consultados por la importancia del informe de la UPV-EHU, comentan que no ven voluntad «en el tándem Iñaki Azkuna-Julia Madrazo de cursar o poner instrumentos para que las ideas que vienen de fuera del círculo de influencia del gobierno tengan cauce, sólo quieren que el trabajo que les dé Parte Hartuz les sirva de justificante participativo». Como antecedente, se señala la experiencia de las «simulaciones« de participación ciudadana que se articularon en Olabeaga y Zorrotzaurre.
Esta misma reflexión ya la hizo hace un tiempo Carlos Ruiz, vicepresidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbo, quien acusó a la concejal delegada de Urbanismo, Julia Madrazo, de promover en la Ribera de Deustua «unos talleres de ejercicios espirituales que simularon una participación vecinal de opinadores ajenos al barrio, sin vecindad y sin poder hablar del barrio».
El movimiento ciudadano de la capital vizcaina se mantiene vigilante. Hace unos meses, cuando comenzó a ser evidente que el Ayuntamiento ponía a funcionar su maquinaria administrativa para adecuar el planeamiento urbanístico al futuro, los colectivos vecinales ya manifestaron que su apuesta es por consolidar la actual trama urbana en vez de avanzar en nuevas expansiones a la búsqueda de más plusvalías.
Entre las conclusiones del documento del equipo de Parte Hartuz está que «es el momento de la reforma interior», de la rehabilitación y revitalización de los diferentes barrios que conforman la capital vizcaina.
«Es necesario una apuesta política por la participación, con los correspondientes recursos humanos y financieros», plantea el documento de la UPV, a la vez que se conoce que los proyectos básicos ya están definidos.
El documento elaborado por los investigadores de la UPV-EHU tiene muchas aristas, aunque destacan algunas reflexiones que se asocian con la profunda transformación que ha sufrido Bilbo desde finales de los años 80 hasta el siglo XXI.
Así, los agentes que han participado en el proceso de consulta inciden en que, aunque el nombre de la capital vizcaina es «sinónimo de regeneración y de reinvención, sin embargo, dentro de ese gran impulso para regenerar la ciudad, no se hizo el debido hincapié en las personas que habitan la urbe».
Más adelante, manifiestan que es evidente la existencia de diferentes sectores políticos, sociales y económicos que demandan que la villa de los próximos años también sea pensada para la gente que habita en ella y no sólo para los que vienen de fuera para invertir o visitarla. «Parece que se plantea que se haga una ciudad para la población bilbaina, acorde a sus necesidades cotidianas y en consonancia con sus opiniones», resaltan los autores del trabajo.
La reivindicación va más allá, ya que estos sectores piden que se refuercen y crean espacios y canales ciudadanos para que «los agentes sociales y vecinales, así como la ciudadanía no asociada, puedan participar e incidir en el debate público sobre cuáles son las necesidades existentes».
En esta reflexión también se apunta al protagonismo que deben adquirir en todo el proceso los inmigrantes y las mujeres. «Hacer un urbanismo para esa diversidad sigue siendo uno de los retos pendientes», se subraya desde el equipo redactor del documento, que estima fundamental que se definan muy bien los canales de participación. A.G.