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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Otra de elogios

Ya les conté ayer el chaparrón que le ha llovido al pobre arrantzale del «Alakrana» que dijo aquello de que los militares se portaron bien con ellos a pesar de serlo.

Pues bien, ayer Ildefonso Ussía retomaba el testigo para seguir zurrándole. Y de paso al nacionalismo vasco.

Según Ussía «esa locución conjuntiva que principia la declaración es demoledora. Gaizka Iturbe no tiene intención alguna de herir, sino todo lo contrario. Y hiere con profundidad. Dice que los marinos tienen un corazón de oro y han estado pendientes de ellos constantemente «a pesar de ser militares». Una reserva así sólo puede manifestarla quien ha sido envenenado desde niño por la educación y ambiente nacionalistas». Pues a mí me parece que tiene razón Gaizka.

Y ahora se derrite en melaza: «Tienen una vocación y un sentido del honor, del deber y del servicio que no pueden entrar en la sensibilidad de quienes no los conocen. Y menos aún, señor Iturbe, en la de quienes, desde la infancia, los han visto e interpretado como unos fascistas invasores, que así, y sólo así, lo han aprendido los niños vascos en sus `ikastolas', los jóvenes en los colegios y las universidades, y los mayores en los `batzokis' o `herriko-tabernas'. Un militar, un marino, señor Iturbe, sin reparar en lo que usted piensa o en lo que usted cree, es capaz de ofrecer su vida a cambio de la suya, sin pedirle nada a cambio y con el alegre convencimiento de que cumple con su deber». Si no lo dice, revienta.

Y puesto a elogiar, el tío no para: «Ni la venganza ni el rencor se estudian en las Academias de oficiales y suboficiales. `Por ser militares' y no `a pesar de ser militares'», se han sentido ustedes amparados, protegidos y comprendidos durante su largo y terrible secuestro. Ha tenido usted la sensibilidad, y hay que reconocérsela, de no mezclar a los marinos con los políticos. Pero elimine esa reserva inicial, que es tan vil como injusta. Quizá se le ha escapado como consecuencia de la costumbre y el tono de sus charlas habituales con otros compañeros y amigos de su pueblo. Rectifique. Piense mejor lo que dice. No sea parcialmente agradecido, sino agradecido a secas».

No sé yo si se han sentido muy «amparados, protegidos y comprendidos» los marineros. No sé yo...

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